Ignacio Torres director del proyecto LIFE+ Urogallo cantábrico y subdirector de la Fundación Biodiversidad del Magrama
«El urogallo es una especie presa y su nivel de mortalidad juvenil es alto»
Ignacio Torres tiene sobre la mesa la difícil tarea de sacar adelante a una de las especies más emblemáticas de la Cordillera Cantábrica: el urogallo. Su población ha sufrido en los últimos años un duro revés que ha puesto a la especie al borde de su extinción en lugares como Picos de Europa
Con motivo de la celebración, la semana pasada en Cangas de Onís, del décimo Comité de Gestión del proyecto Life+ Urogallo cantábrico, su presidente, Ignacio Torres, hace balance de los avances de esta iniciativa europea nacida para frenar el declive de esta especie en peligro de extinción en lugares tan emblemáticos como Picos de Europa, donde se da prácticamente por desaparecida, o Los Ancares leoneses y Alto Sil, donde los pocos ejemplares que quedan suponen una esperanza para su conservación.
—¿El hecho de que fallecieran las tres hembras soltadas a finales del verano del año pasado es un indicativo de que en Picos de Europa no se dan ahora mismo las condiciones ambientales para que se recupere la especie por sus propios medios?
—No, de hecho se seleccionó Picos de Europa como zona de suelta porque es un hábitat extraordinario para el urogallo. El fallecimiento de los ejemplares soltados responde a situaciones normales en esta especie. No hay que olvidar que es una especie presa y que el nivel de mortalidad juvenil es muy elevado.
—¿Cuál fue la causa real de su fallecimiento?
—En uno de los casos, el ejemplar fue depredado, que es una de las principales amenazas de esta especie. También coincidió con el temporal que azotó esa zona en aquella época, algo que complicó mucho la supervivencia de esos ejemplares. De hecho, una de las hembras fue localizada en el embalse de Riaño.
—¿Están previstas nuevas sueltas a corto plazo?
—Se está actualmente valorando esta posibilidad en función del éxito de la temporada de cría y del origen y sexo de los ejemplares. En función de estos factores, se decidirá si se sueltan más ejemplares o pasan a formar parte del stock cautivo.
—¿Cómo se ha desarrollado este año la campaña de cría en cautividad en el centro de Sobrecobio?
—Estamos muy satisfechos porque ha ido muy bien. Ya hay cinco pollitos nuevos y existe la posibilidad de que nazcan otros doce más en las próximas semanas. Por eso esperaremos hasta el mes de septiembre para analiza el interés y la viabilidad de hacer nuevas reintroducciones en el campo?
—¿Por qué se soltaron tres hembras? ¿No sería mejor soltar hembras y machos para facilitar la procreación natural?
—Se soltaron tres hembras porque fueron las que sobrevivieron a todo el proceso de cría y presuelta y porque era necesario que un macho pasara a formar parte del stock cautivo para aumentar el éxito reproductor y la variabilidad genética.
—Hace una década, Picos de Europa podía llegar a tener hasta 50 cantaderos de urogallos. ¿Qué ha pasado con ellos? ¿Porqué ha desaparecido la especie de una manera tan brusca en esta zona? ¿Se baraja la posibilidad de que la causante de esta desaparición sea incluso una bacteria. como sostienen algunos expertos?
—No tenemos constancia de que ninguna bacteria esté mermando la población de urogallo. No se conoce con certeza las causas del declive de la población oriental pero probablemente sea un conjunto de causas: el aumento de competidores como el ciervo, de depredadores como el jabalí, los cambios de usos del suelo ganaderos o incluso el cambio climático pueden estar entre ellas.
—¿Cree que la recuperación de la especie en esta zona es posible?
—Estamos haciendo todo lo posible para ello, actuando en todos los frentes que reduzcan los problemas que acabo de mencionar. Creemos que una buena gestión del hábitat junto con la ayuda del programa de reforzamiento puede dar una esperanza al urogallo a largo plazo.