Diario de León

ACCIDENTE EN LA MINA

Roberto no estuvo solo en el túnel

Emotivo homenaje en la bocamina al minero fallecido y rescatado tras dos días. La brigada de salvamento afrontó su operación «más arriesgada y complicada». Los sindicatos apelan al Gobierno para que recupere las ayudas a la seguridad

Una hermana y una de las seis sobrinas se funden en un abrazo emotivo en la bocamina de Cerredo

Una hermana y una de las seis sobrinas se funden en un abrazo emotivo en la bocamina de Cerredo

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ANA GAITERO | CERREDO (Asturias)
León

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Roberto no estuvo solo en el túnel ni un momento. Y fue acompañado por una salva de aplausos cuando su cadáver fue sacado, ayer a las dos de la tarde, al exterior de la mina de Cerredo. Otra salva fue dedicada a los mineros que se jugaron la vida en el rescate.

Se cumplían 48 largas horas desde el hundimiento de la galería que acabó con la vida de este minero de 40 años, natural de San Miguel de Laciana, cuando concluyó el complicado rescate, el más arriesgado que recuerda la Brigada de Salvamento de Asturias.

«Es el fin a un suplicio largo de tres días», afirmó el presidente del comité de empresa de la Compañía Minera Astur Leonesa, Luis Manuel Fernández (USO), en el que compañeros de trabajo y la brigada de salvamento «arriesgaron mucho», recalca la familia, «primero para intentar sacarle con vida y cuando supimos que había fallecido para rescatar el cuerpo».

Roberto Calviño, el más pequeño de ocho hermanos, y el segundo hijo que la mina arrebata a Gloria Bernabé, fue homenajeado por compañeros, otros mineros desplazados desde las cuencas, allí estaba parte del comité de la Vasco, y vecinos de los contornos de la difusa frontera difusa asturleonesa.

Parte de la familia bajó al túnel tras el coche fúnebre para despedirse del minero en la intimidad, antes de que sus restos mortales fueran trasladados a Oviedo para la autopsia. Hoy recibe el último adiós. Desde las diez de la mañana, el féretro estará en el tanatorio de Villablino y a las siete de la tarde se celebra el funeral en la iglesia de San Miguel de Laciana.

El rescate más peligroso

La operación de rescate se reanudó ayer a las 10.30 horas de la mañana tras suspenderse el jueves por los continuos desprendimientos. La gunita hizo su parte y los mineros cumplieron su misión. Desde el jueves por la tarde la zona del siniestro fue estabilizada con hormigón gunitado para sujetar la bóveda creada por el hundimiento.

Por la mañana, la empresa habilitó relevos de mineros que abrieron, a pico y pala, un pasillo por el lateral de la galería donde se produjo el hundimiento. El objetivo era facilitar el paso de la brigada de salvamento hasta el camión donde permanecía atrapado el cuerpo de Calviño. «Hay que evitar mover las máquinas que pudiera dar lugar a desprendimientos», explicó Gerardo Cienfuegos, secretario regional de minería del Soma-Fitag-UGT.

Una vez que la zona ofreció condiciones de seguridad, los brigadistas accedieron al camión por encima del hundimiento y a partir de ese momento se pudo llevar a cabo la maniobra de excarcelación con buen resultado. Para extraer el cuerpo del minero fue necesario cortar, además de varias partes del camión, el propio asiento del conductor.

«Técnicamente, la operación fue de las más complicadas y peligrosas que tuvimos», admitió el jefe de la Brigada de Salvamento Minero de Asturias, Sergio Tuñón. El acceso, la situación de la galería y de la mina, el trabajo en un fondo de saco con riesgo de saco se sumaron a la laboriosidad de la excarcelación, para la que se requirieron equipos neumáticos con los que serrar el camión.

‘Privilegios’ mineros

«Era la forma más rápida y más segura», comentó el presidente del comité de empresa. «Estos son los privilegios de los mineros», lamentó el presidente del comité de empresa al pedir más atención para un sector que languidece ante la indiferencia gubernamental y sigue castigado por las pérdidas humanas. «El Gobierno del PP debe recuperar los volúmenes de inversión en materia de medidas de seguridad», dijo Cienfuegos.

Roberto Calviño es el segundo minero leonés que muere en el tajo en lo que va de año. Se da la circunstancia de que el otro fallecido en el mes de marzo en la explotación de Alto Bierzo, José Pereira, de 42 años, también participó en la Marcha Negra del 2012. «Tengo esperanza de que se arregle, si no nuestro futuro está jodido», afirmó en aquel entonces Roberto Calviño. Hace un año, después de 21 en trabajos mineros, fue trasladado de los cielos abiertos de Laciana a la explotación de Cerredo, en Asturias, como conductor de camión en el interior del túnel para sacar carbón.

Soltero, aunque desde hace poco convivía con su novia, Calviño es recordado por los compañeros como un «buen minero y una buena persona, bromista y reservado». Su familia destaca su carácter firme y bonachón y «la generosidad con todo el mundo».

Agradecimiento y pésames

La familia está «inmensamente agradecida» por las muestras de cariño en Laciana y al pie de la mina. «Él no estuvo solo ni un solo momento en el túnel en este tiempo y a la familia nos han mostrado mucho cariño y apoyo», dijo una portavoz. El alcalde de Villablino, Mario Rivas, subrayó la «enorme tristeza» por perder a un compañero y vecino y la pena de haber estrenado su mandato en Villablino con una pérdida tan trágica y sentida. Entre los telegramas de condolencias ayer recibieron los del secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, y del consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta, Juan Carlos Suárez-Quiñones.

El Gobierno del Principado de Asturias comparte el profundo dolor de toda la familia minera», señala un comunicado.

El obispo de León, Julián López, en nombre de la diócesis y de modo especial los sacerdotes y fieles de Laciana, manifestó su «dolor humano por la nueva pérdida de una vida en las explotaciones mineras que en este caso se viene a añadir a desgracias anteriores que también afectaron a la misma familia», en alusión a Javier Calviño, hermano de Roberto, que murió en el pozo Lumajo el 1 de agosto de 2003. El prelado extiende el apoyo a todo el sector por el «oscuro futuro que aguarda a la industria y con él a todas las personas y comarcas que tienen en la minería la supervivencia y desarrollo».

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