ROMA EN ASTORGA
Los astures lo tienen dominado
Los viejos moradores consiguen alzarse como campeones del circo por octava vez en una reñida y peleada batalla. Curtidos romanos y aguerridos astures se miran antes de empezar el combate. Los gladiadores dejan su huella y el césar, Octavio, nuevo en estas lides no baja el pulgar. Sebius, el caudillo astur, agradece la ovación de los suyos. El circo está servido y la arena espera a los guerreros que pelean por el dominio del territorio
A un lado los aguerridos astures, enfrente los curtidos romanos. Dos bandos cargados de eterna rivalidad por la conquista del territorio, Astúrica Augusta o la ciudad a los pies del Teleno. Los viejos moradores y los habitantes del Imperio dispuestos a dar los mejor de sí, bajo la atenta mirada del césar, Octavio Augusto, y el caudillo, Sebius. Dos jueces para un destino, guiado por los senadores, en el templete, testigos directos de la batalla. El circo romano no defraudó y Roma y Astures se midieron ante el público de uno y cada bando que animó a sus guerreros hasta el final. Final que llegó marcado por una nueva victoria astur, la octava. El líder romano no bajó el pulgar y es que el bando astur ganó pero la gloria estuvo reñida. 22 anillas para los romanos y 23 para los astures, que vuelven a ser los líderes del coso.
El campeonato lo abrieron los gladiadores con su lucha, atentos al destino del pueblo. Miles de personas quisieron acompañar los designios de la historia, aunque Astúrica al final terminó siendo Augusta en esta ocasión los astures tienen el poder. Ellos fueron los vencedores, peleones y valientes. También los romanos se dejaron la piel en cada una de las pruebas, las literas, las cuádrigas a pie y a caballo, las lanzas y la carrera de obstáculos. Magulladuras, arañazos o heridas. Todo vale para ser el mejor.
Los líderes de cada bando, Sebius y Octavio, siguieron muy de cerca los pasos. Aclamado entró el césar, que estrenó mandato en el circo, alabando la unión de los pueblos. Unión que luego la arena puso en entredicho, pero que la historia seguirá acercando y separando año tras año. Tres décadas suma ya la lucha en la arena. Treinta años mirándose de frente. Años que han servido para consolidar esta fiesta, que ya cuenta con el título de Interés Turístico Regional. Astures y Romanos dan cada edición una lección de entrega. Ya gane uno u otro, todos se saben custodios de una de las fiestas con más solera. Tanta que Astorga vuelve a la Astúrica de hace 2.000 años.