picos de europa
Unos montañeros hallan el cuerpo del portugués desaparecido en noviembre
El cadáver, localizado cerca de Caín, portaba la documentación de Joao Marinho.
Las labores de búsqueda se prolongaron durante once días.
Después de nueve meses sin noticias de Paulo De Sa Guimaraes Marinho, desaparecido el pasado mes de noviembre en las inmediaciones de Posada de Valdeón, los peores presagios se cumplieron ayer con la aparición del cuerpo sin vida de un joven con la documentación del deportista portugués de 31 años en una ruta que une las vertientes leonesa y asturiana del Parque Nacional de Picos de Europa.
Fuentes de la Guardia Civil informaron a Efe que unos montañeros que realizaban la ruta que discurre entre el refugio de Vegarredonda y la localidad leonesa de Caín localizaron el cadáver y dieron aviso a loas fuerzas de seguridad que enviaron a la zona a un helicóptero con un equipo del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (Greim) que rescató el cuerpo y lo trasladó al Instituto Anatómico de Oviedo para practicarle la correspondiente autopsia.
Las últimas noticias del joven desaparecido se remontan al pasado 4 de noviembre, cuando difundió unas fotografías suyas en las redes sociales en el lago Ercina, en Covadonga.
Cinco días después, unos allegados presentaron en Cangas de Onís la denuncia sobre la desaparición de su amigo, que tenía previsto regresar a su domicilio tres días después.
La documentación descubierta en el ordenador portátil que el montañero dejó en el interior de su vehículo, un Golf negro localizado en Posada de Valdeón, apuntaba a que tenía previsto hacer la ruta denominada «anillo de los refugios», dado que había descargado imágenes de cuatro de los tramos del recorrido.
En el dispositivo de búsqueda, activo durante once días tras la denuncia de desaparición, participaron hasta medio centenar de personas, entre agentes de la Guardia Civil, la Guardia Nacional Republicana portuguesa y montañeros voluntarios de ambos países, apoyados por varios medios aéreos.
En una de las jornadas más intensas, antes de las grandes nevadas del invierno pasado, llegaron a participar en las labores de búsqueda hasta cuarenta personas, 28 de la Guardia Civil de León y Asturias, diez miembros de la Guardia Nacional Republicana del país luso y montañeros voluntarios expertos en la zona.
Tras dar por finalizadas las labores de rastreo, la Guardia Civil explicó que las inclemencias meteorológicas, la amplia cubierta de nieve, el desconocimiento de la ruta seguida por el montañero desaparecido y la extensa y complicada superficie de búsqueda hacían que estas labores «resultaran infructuosas y cada vez más desmoralizadoras para el personal participante».
Joao Marinho se definía en las redes sociales como un deportista empedernido y un aventurero amante de la naturaleza. De hecho estaba especializado en rutas de montaña en bici y travesías por las cumbres.