Los pueblos leoneses reciben 187.000 veraneantes cada año
Valencia de Don Juan recibe 7.400 personas y Truchas multiplica por siete su padrón.
La población flotante máxima que aguantan los municipios de León con motivo de las vacaciones asciende a un máximo de 187.597 personas según los últimos datos que ha hecho públicos el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas como parte de la Encuesta de Infraestructuras y Equipamientos Locales. El dato es relevante desde la repercusión que este aumento de población —muy vinculado al ocio y las vacaciones, pero también a otros factores— tiene en los servicios básicos de los municipios.
La suma del total de la población estacional máxima que soportan los municipios leoneses, que no considera el incremento que sufren la capital provincial y Ponferrada, supone un incremento de población del 64%. En cualquier caso, los aumentos más significativos se dan en Truchas y en Valencia de Don Juan. El municipio cabreirés ve su población multiplicarse por 7,15, pasando de los 508 vecinos que le otorga el padrón municipal de 2013, el que toma como referencia la encuesta, a 3.630 cuando sus pueblos se llenan. Sin embargo es Valencia de Don Juan el municipios de la provincia donde este fenómeno es más acusado, ya que a sus 5.184 empadronados se suman hasta 7.365 visitantes que pernoctan en la villa coyantina, bien en segundas residencias o en viviendas de sus familiares —271 plazas hoteleras ofrecen junto al Esla, mientras que en el Ayuntamiento cabreirés sólo hay 15, en casas de turismo rural—.
Las subidas más acusadas no siempre se producen en los principales núcleos de población. Este patrón se cumple en Villablino, el segundo municipio con mayor atracción, San Andrés del Rabanedo y Astorga, pero el resto de los diez primeros términos municipales con más vecinos ocasionales son todos municipios con una población inferior a dos 2.000 habitantes. De esta manera, Valderas, con 1.943 almas, acoge a otras 4.621 y Alija del Infantado suma 3.063 a las 797 empadronadas.
Los mayores municipios quedan absolutamente relegados de los primeros lugares en lo que se refiere a términos relativos. La razón es sencilla, cuantos menos habitantes recoge el padrón más fácil es multiplicar la población. Así, si Truchas aumenta hasta en siete veces la gente que alberga, La Vecilla lo hace en seis, Alija del Infantado, San Esteban de Nogales, Gordoncillo y Villamol crecen entre 4,84 y 4 veces su padrón. A éstos siguen 19 municipios que la triplican —de 3,06 a 3,97 veces— y otro grupo de 77 términos la multiplican por más de 2.
El medio rural revive al calor estival y en algunas fechas concretas del año, aunque en algunos casos la población estacional se traduzca a un puñado de personas. Se cuenta con los dedos de una mano los de Campazas, Llega a 31 en Castrillo de la Valduerna y supera el medio centena en Escobar de Campos (68), Villabraz (68), Cubillas de los Oteros (66) y Cabañas Raras (65).
En cuanto a núcleos de población importantes, cabeceras de servicios o prestadores de servicios, Villaquilambre sólo añade 1.044 habitantes a sus 18.107, La Bañeza gana 2.003; La Robla, 1.211; La Pola de Gordón, 2.768; Sahagún, 1.457; Boñar, 2.469 y Santa María del Páramo, 563.