TRIBUNALES
Un vecino de Villadangos se enfrenta a 13 años de cárcel por encargar a unos sicarios asesinar a su mujer para irse con otra
Les ofreció 20.000 euros para que realizaran el trabajo
Un vecino de Villadangos del Páramo se enfrenta a una pena de trece años de prisión acusado de urdir un plan para acabar con la vida de su mujer, a cuyos efectos contrató a una banda de sicarios. Los hechos se juzgarán los próximos días 16 y 17 de noviembre en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, a partir de las 10.00 horas. La defensa rechaza las tesis de la fiscal y propone la libre absolución.
De acuerdo al escrito firmado por la representante del Ministerio Fiscal, el sospechoso estaba casado pero mantenía una relación sentimental paralela con una amante, a la que había prometido que iniciarían una relación de convivencia en cuanto abandonara a su mujer y a su hija. Decidido a solucionar la situación, en el mes de julio se puso en contacto con un sicario, al que ofreció 20.000 euros a cambio de acabar con la vida de su esposa. La mujer mantiene su matrimonio con el acusado (al menos así era hasta el pasado mes de mayo) y ha rechazado la posibilidad de emprender acciones contra su marido.
El sospechoso entregó 3.000 euros como anticipo y prometió abonar el resto cuando el trabajo hubiera finalizado. Pero el primer encargado de cometer el crimen ingresó en prisión por otro causa. El 11 de agosto de 2014, el procesado se reunió con él y con otros dos individuos de origen sudamericano, y acudieron al domicilio en el que su esposa residía en verano, para asegurarse de que el crimen se iba a cometer. Proporcionó a los sicarios los horarios de su mujer y una foto, para que pudiesen identificarla. Para el traslado emplearon el Jaguar que poseía el imputado.
Como señal de que la labor se iba a llevar a cabo en los términos previstos, el segundo sicario al que se encargó que cometiera el crimen solicitó un anticipo de 10.000 euros. El sospechoso de urdir el plan se negó a pagarlo y únicamente aceptó entregar 300 euros.
El grupo fijó como fecha para cometer el crimen el 13 de agosto de 2014. El plan consistía en simular que se había cometido un robo. Tenían que dejar tirado el cadáver y desplazarse a otro lugar en un Citroen C5 cuya matrícula consta en las diligencias.
A las 12.00 de la mañana, el acusado comprobó que su mujer seguía viva, motivo por el que telefoneó al sicario para preguntarle “qué había pasado con la partida de dominó” (en referencia al encargo) encontrándose con la respuesta de que había habido problemas. A las 22.00 horas del mismo día, el procesado y el encargado de cometer el crimen se reunieron en la gasolinera de Villadangos, exigiendo el ejecutor recibir 10.000 euros por adelantado antes de cometer el crimen, que se había pospuesto para el día siguiente. La operación fracasó porque el imputado se negó a seguir pagando cantidades por adelantado. Dos días después, lo detuvieron.