LA POLÉMICA
El Páramo Alto ve irrenunciable construir las presas del Órbigo
«Es la única forma que poder sacar el fruto con normalidad ya que el pantano de Barrios de Luna presenta años de mucha escasez»
La Comunidad de Regantes del Canal del Páramo, conocida también como Páramo Alto, ve necesarias e imprescindibles las dos balsas de Morales y la Rial que la Confederación Hidrográfica del Duero ha proyectado para garantizar las cosechas. «Es la única forma que poder sacar el fruto con normalidad ya que el pantano de Barrios de Luna presenta años de mucha escasez», afirma Ramón Ferrero, presidente de la comunidad de regantes.
Ferrero hace un repaso histórico. Asegura que desde 1970 ya «había un proyecto para construir el embalse de Omaña. Estuvo paralizado hasta 1982, año en el que se retomó. Esta comunidad de regantes siempre abogó porque se hubiera hecho aquel pantano, dado que era una necesidad porque el de Luna ya no daba de sí». Pero esa idea se desechó y en el año 1995 se optó porque el Páramo tomara el agua para regar su fincas de los pantanos de Luna y Riaño elevando el agua del Esla.
Pero esta solución, según Ferrero, no acabó con los problemas de falta de agua, especialmente en años secos. Incluso en años hidrológicos normales. «Y desde el Sindicato Central de Barrios de Luna y desde esta comunidad de regantes empezamos a pedir que se hiciera una regulación del Órbigo para conseguir embalsar una pequeña cantidad de agua que sería suficiente para garantizar el riego».
El dirigente de los regantes asegura que cada 3 ó 4 años el pantano de Barrios de Luna, del que se nutre su comunidad, «no se llena. Se queda en dos terceras partes». Y pone de ejemplo la campaña de 2012, «en la que en junio estábamos con 180 hectómetros cúbicos. Hubo muchas comunidades que no pudimos dar los cuatro riegos que requiere el maíz, con las consiguientes pérdidas que ello supone. Si con las dos balsas de Morales y la Rial se almacenan 30 hectómetros, eso quiere decir que habría agua para 10 ó 12 días más y se garantizaría el normal desarrollo de cultivos tan importantes como el maíz o la remolacha». Ferrero añade que con estas dos balsas «creemos que no se lesiona ningún interés y las vemos muy necesarias. Por eso no entendemos las posturas contrarias».
El presidente del Canal del Páramo quiso tranquilizar a los que piensan que si el agua no se utiliza, quedaría embalsada con los consiguientes problemas de olores y sanitarios. «Eso no es así. Esa sería la primera agua que se usaría, por lo que las balsas quedarían agotadas todos los años».
Esta comunidad tiene 17.000 hectáreas, de las que 10.500 están modernizadas y otras 4.000 están en proceso de modernización «por lo que nuestro compromiso con el ahorro de agua es claro. Creemos que es un bien escaso, que hay que usarlo bien y aprovecharlo».