Políticas que causan «consecuencias dramáticas» en las cuencas mineras

Bruselas admite que en los países de la UE que producen carbón «la reestructuración a menudo se ha llevado a cabo en respuesta a determinadas crisis, sin que existieran unos compromisos políticos adecuados». El dictamen añade que este tipo de políticas ha dado lugar a «consecuencias dramáticas para la calidad de vida de los habitantes de las comunidades mineras» ya que, según especifica, «cualquier reducción de la producción de carbón puede aumentar el desempleo, en particular en las regiones mineras que sufren un declive estructural a largo plazo». Esta es la vertiente más social del documento aprobado por Bruselas, que considrea también que «muchos antiguos mineros se enfrentan a una situación de desempleo de larga duración que, a menudo, es permanente, lo que agrava la situación de pobreza». Por ello, el dictamen considera que los entes regionales, los Gobiernos de los Estados miembros y las instituciones de la UE «deben hacer frente a este problema» y añade que «durante la transición energética el reciclaje profesional, la reconversión y la creación de puestos de trabajo desempeñarán un importante papel para que las regiones mineras del carbón se adapten a los cambios».