astorga
«Siempre seré hijo de esta ciudad»
La capital maragata, con su Ayuntamiento al frente, despide a Camilo Lorenzo y le hace entrega de una placa que acompañará allá donde vaya al ya prelado emérito.
Camilo Lorenzo deja su firma en el libro de honor del Ayuntamiento, antes de que el regidor y el ex alcalde, Perandones, le hagan entrega de una placa de homenaje.
En un concurrido salón de pleno, Astorga despidió ayer al que ha sido su obispo en los últimos 20 años. Con el Ayuntamiento al frente, las asociaciones, cuerpos de seguridad, entidades y colectivos ciudadanos se reunieron para homenajear a Camilo Lorenzo, quien aseguró que «siempre me sentiré hijo de esta ciudad». El ya prelado emérito, destacó que Astorga le ha querido, sintiéndose en todo momento un astorgano más. Además, el obispo recordó que la ciudad tiene una intensa vida social y cultural, con una Semana Santa arraigada que «es muestra del fervor». Lorenzo aseguró que no se olvidará de la capital maragata ni de sus gentes y pidió a los vecinos que tampoco borren su recuerdo «porque siempre os llevaré en mi corazón y en mis oraciones».
Así, justo después de firmar en el libro de honor del Ayuntamiento, Camilo Lorenzo recibió del alcalde actual, Arsenio García, y del ex alcalde, Juan José Alonso Perandones, una placa que se comprometió a tener cerca allá donde vaya. La última alcaldesa, Victorina Alonso, no pudo asistir al acto, aunque el recuerdo también se entregó en su nombre al ser los tres regidores que han coincidido con el ministerio del obispo emérito.
«Este homenaje no lo merezco, pero me gusta», avanzó el prelado, quien entre aplausos, mostró su agradecimiento. «Siento tener que despedirme».
Por su parte Arsenio García señaló lo rápido que han pasado estos 20 años, «dos décadas de trabajo callado, humilde y constante, que no conoce de horarios», reconociendo que el prelado ha sido un buen hombre y un obispo bueno, un gran colaborador con el Ayuntamiento. «Muchas gracias Don Camilo», avanzó el regidor, quien dio la palabra al vicario de la Diócesis Marcos Lobato, quien también mostró la satisfacción por este reconocimiento al obispo.
Lobato no se olvidó del antecesor de Lorenzo, Briva Miravent, recordando su intenso trabajo diario. Tras su muerte, el ya mérito llegó a Astorga, «era 1995 y la catedral se quedó pequeña», apuntó el vicario. Al hilo subrayó que Camilo Lorenzo siempre ha estado al lado de quienes sufren y pasan necesidades. «Es su mayor tesoro», manifestó, afirmando que le agrada este homenaje y el cariño mostrado al obispo que se va.
Con esta despedida, la de la ciudad, su corporación, vecinos y todos los sectores, se cierra este ciclo a la espera de que el próximo sábado la catedral vuelva a abrirse de par en par para acoger a Juan Antonio Menéndez, sucesor de Camilo Lorenzo, al frente de una de las diócesis más extensas en cuanto a territorio del panorama nacional.