TRAGEDIA AÉREA EN CUENCA
Los restos de un buitre en la avioneta dan la pista para explicar el accidente en el que murieron Rogelio Fernández, su mujer y sus dos hijas
La avería de un turismo trunca los planes de las víctimas bañezanas, que regresaron juntas en avioneta. La dificultad del terreno y la noche hicieron imposible determinar el sábado el número de fallecidos.
La presencia de restos de un buitre en la avioneta siniestrada en la Serranía de Cuenca, el sábado por la tarde, apunta a que fue el impacto contra este ave de gran envergadura el motivo del accidente que se saldó con el fallecimiento de los cuatro miembros de una familia, Rogelio Fernández, Mari San Juan Cabero, y sus hijas Elisabeth y Yolanda. La Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha facilitaba ayer ésta como principal hipótesis de investigación del suceso, a falta de otros informes técnicos.
En la zona donde se produjo el accidente de avioneta, en el paraje conocido como Cerro de Los Rabadanes, se desplegó un amplio dispositivo. IMÁGENES CEDIDAS POR RTVCM
El siniestro ha supuesto un duro golpe que ha consternado a La Bañeza, donde residían, y a la vecina localidad de Jiménez de Jamuz, pueblo del que era natural el padre, que pilotaba el aparato.
La familia salió el sábado del aeródromo de Pajares de los Oteros, en su avioneta, de la marca Sotoca, modelo TB-20, rumbo a Alicante, a donde se dirigían para adquirir un coche. Según informaron las mismas fuentes, las cuatro personas llegaron al aeródromo de Muchamiel, en la provincia alicantina. Sin embargo fue ahí donde se truncaron sus planes. Algunos familiares de los fallecidos explicaron ayer que la idea era que la madre y una de las hijas regresaran a La Bañeza en coche, sin embargo una avería en el vehículo hizo que los cuatro emprendieran de nuevo el camino de vuelta en la avioneta, que sufrió el fatal accidente cerca de las cinco de la tarde en el paraje conocido como Cerro de Los Rabadanes, una zona de la provincia de Cuenca de orografía abrupta y de muy difícil acceso.
El cambio de planes a última hora provocó cierta confusión, al darse en un primer momento por fallecidos al padre y una de las hijas, aunque todas las alarmas saltaron ante la imposibilidad de contactar con las otras dos mujeres de la familia, hasta que ayer se confirmaron los peores presagios, al conocer que la madre y la otra hija del matrimonio también viajaban en la nave, elevándose a cuatro las víctimas mortales del accidente. Todas de la mismas familia. Una jornada negra que confirmó las peores previsiones.
El suceso, que ha costado la vida a padres e hijas —muy conocidos en La Bañeza, donde regentaban el Hotel Infanta Mercedes y la empresa de construcción Los Chavetinas— movilizó un amplio dispositivo en la Serranía de Cuenca. El difícil acceso hasta el punto concreto del accidente prolongó durante todo el día el rescate de los cadáveres. Hasta el Cerro de los Rabadanes se desplazó Guardia Civil, efectivos del Instituto de Medicina Legal de Cuenca, la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la capital conquense, un equipo de la Guardia Civil especialista en catástrofes, efectivos de los Bomberos de Motilla del Palancar, así como un helicóptero de apoyo y un equipo de aviación civil.
