Cerrar

La huella imborrable de Luis el de Vegacervera

Publicado por
TINO RODRÍGUEZSECRETARIO PROVINCIAL DEL psoe
León

Creado:

Actualizado:

Luis Rodríguez Aller, quien para muchos era el alcalde de Vegacervera, el portavoz del Grupo Socialista en la Diputación Provincial o el presidente del PSOE de León, para mí era mucho más que eso, era un amigo, un buen amigo.

Luis era esa persona que siempre estaba ahí al lado, sin hacer ruido, pasando totalmente desapercibido, que era el primero en ponerse a mi lado cuando las cosas no iban bien y que huía del protagonismo cuando se ponían a favor.

Son muchos los recuerdos que se agolpan en mi cabeza en estos momentos, muchas las horas de trabajo juntos, muchos los largos cafés que en más de una ocasión nos tomamos frio al enfrascarnos en ideas y proyectos para la provincia y muchas las conversaciones por teléfono hasta altas horas de la noche en alguno de los difíciles momentos que atravesamos a lo largo de estos ya casi cuatro años que hace que nos embarcamos en el apasionante, pero no fácil reto, de encabezar el PSOE leonés. Luis siempre estaba ahí.

Desde aquel mes de febrero de 2012 en el que coincidimos en el AVE que nos llevaba al Congreso Federal de Sevilla, hasta ayer, han sido muchas las cosas que he compartido y he aprendido con Luis. Además de compartir ejecutivas, comités y congresos, Luis me enseño a entender la política como el arte de dar solución a los cientos de diferentes problemas que existen en los municipios de la provincia. Por enrevesado que pareciera el tema que le plantearan, ponía las gafas, tomaba nota pausadamente y en cuestión de horas ya había encontrado la fórmula que permitía al alcalde o al pedáneo dar respuesta a sus vecinos. Sin ruido, sin afán de protagonismo, ahí estaba Luis.

Pero sobre todo Luis me enseño a no rendirme, a superar obstáculos y hacer frente a todos los retos que se presentaran, tanto políticos como personales. Su capacidad de sobreponerse a los reveses que le dio la vida es una de las cosas que siempre más me llamó la atención de él. «Tu tranquilo que eso tiene arreglo» me decía con la firmeza y humildad con la que saben los alcaldes mineros decir las cosas, y después de un largo rato de tertulia, de hablar y escucharnos, siempre salía de su casa de Vegacervera con el sabio consejo de ese «abuelo político» que asumía las preocupaciones como propias. Con discreción, con la confianza de saber que las conversaciones se quedaban entre él y yo, ahí estaba Luis.

Luis no era un político al uso, era un paisano cuya aspiración política siempre fue transformar las aspiraciones históricas de muchos pueblos en realidades cotidianas para los vecinos y vecinas de los mismos. Estoy convencido de que Luis no era consciente del gran cariño que le tienen las gentes de esta provincia, los sinceros gestos de afecto que llegan estos días de todas las partes de León están siendo el mejor reconocimiento que puede tener una persona que durante años entregó su tiempo a intentar buscar un mejor futuro para los vecinos y vecinas de nuestra tierra.

Pero además Luis era una buena persona, un amigo de esos que sabes que nunca te van a fallar. De esos amigos que defienden lo indefendible cuando saben que lo necesitas, que dan la cara por ti cuando nadie se atreve, y que nunca te recuerdan los favores que te han hecho porque entienden que eso va implícito en ese sentimiento que no abunda mucho en la política y que se llama amistad.

Sabes Luis que nunca olvidaré la enorme confianza que depositaste en mí y que siempre estaré en deuda contigo por todo lo que me enseñaste. Soy consciente que tú ahora no estás, pero siempre estarán ahí los consejos de ese hombre sabio, tranquilo, prudente, trabajador, leal y amigo; de ese hombre que era Luis el de Vegacervera.