SUCESOS
El Seprona investiga la muerte a tiros de seis parejas de cigüeñas en Vegas
Los agentes sondean a los vecinos en busca de los autores
m. rabanillo / m. carnero | león
El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de León ha abierto diligencias para investigar el macabro hallazgo el pasado domingo de seis parejas de cigüeñas blancas muertas a tiros, entre Vegas del Condado y la Devesa del Curueño, en las inmediaciones de la CL-624.
Según las primeras investigaciones las aves fueron abatidas el sábado por la noche, al parecer por más de una persona, con escopetas de perdigones que se utilizan normalmente en la caza menor. Los agentes buscan en la zona restos de munición y cualquier otro tipo de pruebas que les ayude a conocer la autoría de este suceso. También han hablado con los vecinos de la zona por si pudieran aportar algún tipo de información. Este ataque indiscriminado se produjo cuando las aves estaban en sus nidos, de hecho algunos de los cadáveres ayer aún permanecían en ellos, mientras que el resto han sido ya retirados por agentes medioambientales de la Junta, quienes han custodiado los restos que ya están en la Universidad de León donde se les practicarán las necropsias.
Tres de los nidos atacados estaban construidos en postes eléctricos, dos en una encina y otro en una chopera, todos ellos entre los kilómetros 14 y 18 de la carretera que conduce a Boñar.
Los hechos son especialmente graves y constitutivos de un delito medioambiental, ya que se trata de una especie protegida por la Directiva europea de Aves a través de la Ley 42/2007, que establecen la protección de la cigüeña blanca, sus polluelos y sus nidos. De hecho está prohibida su manipulación, por lo que en el caso, como así ocurre muchas veces, de que los nidos estén causando daños en algún edificio o estructura, son los técnicos medioambientales los únicos autorizados para su retirada.
La matanza de estas cigüeñas es especialmente grave, ya que coincide con la época reproductora de la especie, que comienza con el cortejo de las parejas y la construcción del nido, y que acaba a mediados del verano, cuando la última cría haya abandonado su lugar de nacimiento.
Son muchas las hipótesis que se manejan, desde meros hechos vandálicos, hasta cazadores, pasando por vecinos de la zona molestos con la cada vez habitual presencia de estos animales.
«Con la desaparición de los vertederos, muchos ganaderos y agricultores se quejan de la irrupción de estas aves en sus explotaciones en busca de alimento», comenta el celador de la zona. Además, según estudios recientes, las costumbre migratorias de este ave han variado en los últimos años. La facilidad con la que encuentra comida en las zonas rurales hace que cada vez emigre menos a países más cálidos en invierno, por lo que en estos momentos hay una importante población que pasa en la provincia todo el año.