LA CRISIS DE LA MINERÍA
El parón de las térmicas lleva a un Erte a los 300 trabajadores de Uminsa
La minera arremete contra el Gobierno por «incumplir su propio plan y liquidar el sector»
maría carnero | león
La falta de producción eléctrica, por parte de las centrales térmicas, ha obligado a la Unión Minera del Norte S.A. (Uminsa) a plantear un expediente de regulación de empleo (Erte) a la totalidad de su plantilla, a la que ayer mismo se comunicó esta decisión.
Se trata de un Erte suspensivo que afecta a los cerca de 300 trabajadores que en estos momentos tiene la compañía minera y que, en ningún caso, implica la extinción de contratos.
La empresa justifica esta decisión en la reducción de los suministros a las centrales térmicas desde diciembre de 2014, fecha en la que acabó la vigencia del Real Decreto de restricciones por garantía de suministro, y que ha afectado a todas la empresas del sector, entre ellas Uminsa. La empresa minera ha tenido que reducir su producción, arrastrando en este proceso a muchas de sus compañías auxiliares, en especial a su operador de cielo abierto Roel, actualmente en liquidación con más de 200 empleos perdidos.
El alcance y los efectos de este Erte dependerá, según afirmó la minera ayer en una nota de prensa, de los acuerdos que se establezca con el comité de empresa, y sobre todo, con las negociaciones que se mantendrán las próximas semanas con las compañías eléctricas a las que vende su producción.
El objetivo del Erte, según Umnisa, es salvaguardar la continuidad de la compañía ante una eventual reducción e incluso suspensión total de las ventas a térmica a partir del próximo 1 de abril». Por este motivo, la empresa responsabiliza de esta situación a «un Gobierno que de forma palmaria y persistente, ha venido incumpliendo su propio marco de actuación de la minería del carbón 2013-2018 y dando pasos sin descanso en la liquidación del sector, provocando el rosario de ertes y concursos de acreedores en las empresas mineras y el hartazgo de las compañías eléctricas a las que se prometió un apoyo al consumo de carbón que nunca llega».
El de Uminsa es el último Erte presentado en el castigado sector de la minaría leonesa, después de que el pasado 11 de marzo la Asturleonesa, propiedad de Rodolgo Cachero, presentara un expediente que afecta a sus 282 trabajadores. Otras empresas, como La Huellera Vasco Leonesa, en liquidación, buscan soluciones para los 329 trabajadores que quedan en la calle, a los que suman los 122 de su subcontrata, Minerplan, despedidos en noviembre de 2015. Minas del Bierzo Alto, también sufre las consecuencias del parón de las térmicas, lo que le obligó en marzo de 2015 a presentar un ERE a 74 trabajadores, la misma suerte que corrieron los 105 trabajadores de Traita, del Grupo Alonso, que un mes antes pararon su actividad.
Conflicto con CMAl
Por otra parte, Uminsa quiere salir al paso de determinadas informaciones que la sitúan al frente de grandes «confabulaciones» contra la Compañía Minera Asturleonesa (CMAL), en relación con la explotación del cielo abierto de Cerredo. En este sentido la empresa afirma que «CMAL debió recurrir al incremento de la plantilla de interior, a través de contratas, para cumplir con los suministros contratados» y defiende que «nadie podrá sostener seriamente que Uminsa tenga capacidad de influencia sobre el Instituto para la Restructuración de la Minería del Carbón (IRMC), que le denegó las ayudas en 2012, y que los problemas del actual empresario de CMAL con la Seguridad Social son tan antiguos y tan conocidos por todo el mundo, que solamente los más ingenuos pueden caer en esta estrategia para achacar a terceros, responsabilidades propias», afirma el comunicado de Uminsa.