Guardianes del origen del planeta y de la vida
Treinta y tres parajes de la provincia están considerados Lugares de Interés Geológico nacional y seis de ellos son, además, de relevancia internacional. Su conservación es esencial para mantener intacto un patrimonio de alto valor natural.
m. rabanillo | león
La provincia de León cuenta con 33 Lugares de Interés Geológico Nacional (LIG), una figura que forma parte del inventario diseñado por el Instituto Geológico y Minero (Igme) para impulsar su conservación y su puesta en valor. A través de estos parajes se descifran los procesos geológicos que tuvieron lugar hace millones de años. Se trata de complejas estructuras tectónicas o yacimientos de fósiles de innumerables organismos que son fundamentales para entender la evolución del planeta. De ellos, seis espacios figuran en el Catálogo del Patrimonio Geológico Español y están considerados, a su vez, como Lugares de Interés Geológico de Relevancia Internacional, es decir, únicos a nivel mundial. Los tres primeros se agrupan de la cuenca alta de los ríos Esla y Duerna. Se trata de los parajes, por un lado, de Primajas, que abarca territorio en los términos municipales de Reyero, Boñar y Crémenes; en segundo lugar, Valdoré y Verdiago, en Crémenes, y, finalmente, Peña Rionda y Santa Olaja de la Varga, entre Crémenes y Cistierna. En cuarto lugar se cataloga el valle del Luna, entre La Magdalena y Mirantes de Luna, seguido de Salas de la Ribera, en Puente de Domingo Flórez, y la cueva de Valporquero, en Vegacervera.
El temor al expolio obliga a que tres de los parajes catalogados en la provincia se consideren confidenciales, sin desvelar su ubicación exacta. En esta situación se encuentran el mencionado en Salas de la Ribera, un yacimiento paleontológico en Colle y el yacimiento estefaniense de La Magdalena. El Igme destaca que se trata de un patrimonio que es necesario conservar, y más teniendo en cuenta que «la mayoría de los enclaves de alto valor geológico son recursos no-renovables, por lo que su destrucción es irreversible». Según el Igme, la importancia o singularidad de los LIG viene dada fundamentalmente por su interés científico o didáctico, aunque también se tiene en cuenta su relevancia a nivel cultural, recreativo o paisajístico. El instituto defiende que estos parajes forman parte del patrimonio natural y, por lo tanto, son «susceptibles de ser protegidos mediante las leyes y mecanismos de conservación de la naturaleza». Además, señala el Igme, «algunos elementos geológicos poseen un valor paisajístico y escénico que atrae a un gran número de visitantes a los espacios naturales».