Sabero recupera las locomotoras de vapor

j.m. castro | sabero

Los numerosos ex mineros que viven aún en el municipio de Sabero y la comarca, recorren estos días el valle rememorando viejos tiempos y recordando con nostalgia, aquello que por las circunstancia de entonces, hacía más de dos décadas que no habían vuelto a ver. Las viejas, pero todavía imponentes locomotoras de vapor que durante décadas transportaron el carbón extraído del subsuelo de la cuenca minera desde el Pozo Herrera II a los lavaderos de Vegamediana y de allí a Cistierna, rumbo a Bilbao en el tren hullero de La Robla, vuelven a ser protagonistas y rinden homenaje a una población que dio su vida por el carbón y la mina.

En 1892 se construyó la vía férrea métrica desde Cistierna a las instalaciones de los Lavaderos y Hornos de Coke de Vegamediana de poco más de 3 kulómetros de recorrido. A Vegamediana llegaba la mercancía a través de un ramal minero construido por Hulleras de Sabero y Anexas, S.A. (HSA) de 6 kilómetros de longitud que partía del Pozo Minero La Herrera I, situado en las inmediaciones de la localidad de Olleros de Sabero hasta Vegamediana donde se preparaba el carbón de cara a su comercialización.

En dicho recorrido existía una única estación intermedia ubicada en la localidad de Sabero conocida como ‘La Pulga’, que era una pequeña edificación con andén pero sin reloj que contaba con una central telefónica que controlaba el discurrir de las máquinas de vapor por la línea. Disponía de un depósito de agua para suministrar las locomotoras y un nangar donde se reparaban o almacenaban las máquinas que quedaban fuera de servicio.

Si duro era el trabajo de extracción del mineral a cientos de metros de profundidad, duro era el trabajo de conducir las locomotoras de vapor cargadas de pesados vagones repletos carbón. Para ello había que alimentar las calderas a base de leña y carbón constantemente, lo que por suerte no faltaba. Con lentitud pero con firmeza hacían el recorrido por una sombría ladera situada al sur del Valle y , en numerosas ocasiones, producían la quema de su arbolado de roble y matorral por las numerosas chispas que despedían por sus chimeneas.

Muchas fueron las locomotoras que pasaron por la cuenca minera y muchas de ellas ya nunca estarán disponibles para los vecinos y visitantes. Entre 1960 y 1962 se suprime el ramal minero de HSA, y esta empresa vendió buena parte de su parque locomotor a varios ferrocarriles españoles.

En 1968-1969 siete pequeñas locomotoras y un ‘break’ o vagón para directivos de HSA, llegaron a Gran Bretaña procedentes de la cuenca minera del valle de Sabero, lo que dio lugar a la construcción de una carretera que sustituía a las ya viejas y obsoletas máquinas de vapor.

Con el final de las explotaciones subterráneas de carbón el 31 de diciembre de 1991 y las explotaciones a cielo abierto el 31 de diciembre de 1993, y aunque desde la década de los setenta hasta entonces la empresa minera HSA había conservado y vigilado en buen estado las cinco locomotoras que había subsistido a la venta, desde entonces y a petición propia ha sido el Ayuntamiento de Sabero el que se ha encargado de vigilar y controlar su existencia en dos naves del Complejo Industrial de Vegamediana.

La tarea de custodia no ha sido fácil debido al aislamiento del lugar y a los amigos de los ajeno, chatarreros sin escrúpulos, y personas que buscaban ganar un dinero con la venta del hierro o sus piezas más codiciadas.

NUEVO ATRACTIVO TURÍSTICO

La colocación de estas cinco locomotoras de vapor se convertirán, por méritos propios, en un nuevo atractivo turístico para visitar el Valle de Sabero. Este esfuerzo del Consistorio, según señala el alcalde Francisco García, no se limitará a su colocación en puntos que consideran estratégicos. Sino que está previsto que se proceda a reconstruir las piezas que les faltan y a su total restauración.

La apuesta firme y decidida del Ayuntamiento por el turismo como parte importante para la recuperación de la economía de la zona, sin renunciar al asentamiento de empresas, surgió a raíz de la puesta en marcha del Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León, ubicado en la Ferrería de San Blas de Sabero, en 2008. Su buena gestión y sus excelentes resultados, han atraído, poco a poco, a otras iniciativas, dice el alcalde. Ahí está el Canal de Aguas Bravas, cada día con más y más importantes pruebas y actividades de piragüismo. La Cueva de Valdelajo, las rutas de senderismo homologadas como la ruta de las minas o las rutas de los miradores. El amplio patrimonio industrial como los Castillete de La Herrera I y La Herrera II, forman un conjunto turístico que hace que el Valle de Sabero sea visitado por numerosos turistas.