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La Junta estudia las peticiones del campo, pero no concreta ayudas

Ferduero insta a la Consejería de Agricultura a que evalúe los daños tras la cosecha.

Los representantes de la consejería comprobaron la situación en la comarca del Páramo. A.D.M.

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León

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A. Domingo | Santa maría

La Consejería de Agricultura

estudia las propuestas que le han remitido las comunidades de regantes para hacer frente a las pérdidas que espera el campo leonés en esta campaña, en lo que a cultivos de primavera se refiere y se mantiene a la espera de cómo evoluciona la situación antes de concretar las ayudas que podrían otorgarse a los agricultores.

El secretario general de la consejería, Eduardo Cabanillas, y el director general de Producción Agropecuaria, Jorge Llorente, se reunieron ayer en Santa María del páramo con Ferduero y las comunidades de regantes del Canal del Páramo, Margen Izquierda del Porma, Páramo Bajo, Payuelos y Páramo Medio para continuar en el «seguimiento de las posibilidades que tenemos todavía», de siembra, señaló Cabanillas, que señaló que la situación es complicada.

Los regantes mostraron a Cabanillas y Llorente las fincas del Páramo, huérfanas de tractores en una de las épocas del año de mayor trabajo y muchas aún sin roturar, ante la imposibilidad de que el suelo aguante el peso de la maquinaria. Por su parte, el presidente de Ferduero, Ángel González Quintanilla, solicitó a la Administración que no evalúe los daños a mediados de junio, como es su intención, sino tras la cosecha. «La foto fija de cuál es la situación la tendremos a finales de septiembre o principios de octubre. El agricultor va a sembrar, pero entonces veremos si recoge o no».

Ferduero se muestra conforme con un plan de trabajo en el que «estamos seleccionando las zonas más afectadas», señaló Quintanilla, que las actuaciones se darán a conocer a medida que se vayan adoptando decisiones.

Por el momento, Agricultura estudia «cómo flexibilizar la normativa, especialmente la Política Agraria Común (PAC) y las ayudas sujetas a mejoras en explotaciones —aquí hay mucha inversión en regadíos— para que no cause ningún trastorno esta situación crítica», señaló Cabanillas, que apuntó que las previsiones meteorológicas para la semana que viene no son buenas y destacó el «porcentaje muy elevado de tierras de regadío que aún no se ha podido sembrar».

Cabanillas defendió la actuación de la Junta ante el problema. «Estamos trabajando desde el primer momento en las demandas de los regantes», dijo. Recordó que el director de Producción Agropecuaria «estuvo con los regantes el lunes para escuchar sus demandas, se han creado grupos de trabajo y nos encontramos en un periodo de evolución». El secretario de la consejería reconoció que el problema «es importante» y destacó su carácter excepcional».

EL REPARTO

El presidente de Ferduero señaló que los regantes reclaman a la Junta «que al que tenga el problema se le trate como merece para sacar adelante todo lo que podamos», descartando unas ayudas del tipo «café para todo. El que no tenga el problema, mejor para él», razón por la que insiste en ver esperar la evolución de la cosecha para evaluar el alcance de las pérdidas.

Quintanilla no comparte sin embargo que en este momento se pueda hablar de situación catastrófica o de ruina, pese a que los pronósticos no son nada halagüeños y se parte de una siembra tardía que reduce los rendimientos y, por tanto, las ganancias. Quintanilla explicó que la situación «obliga a utilizar ciclos más cortos, que son los de menor producción. Si a esto se añadiera que hacia el 10 de septiembre, una noche baja el termómetro a cero grados —lo que no es raro en León— se corta el ciclo del maíz y se queda sin harina», provocando un mayor perjuicio económico a los productores. Las pérdidas entonces ya podrían calificarse como calamidad.