El secadero de Embutidos Rodríguez vuelve al trabajo y la elaboración funcionará hoy al 100% tras el incendio

Embutidos Rodríguez retoma la actividad en las zonas que no se vieron afectadas por el incendio que se declaró en su matadero y sala de despiece el pasado sábado. Según confirmó uno de los responsables del grupo, Isaac Rodríguez, la actividad ya era normal en el secadero ayer por la mañana, mientras que por la tarde los operarios regresaban a la fábrica de embutidos «para comenzar a preparar pedidos». La dirección de la empresa espera que hoy la actividad en esta segunda área sea normal.

Por otra parte, los investigadores trabajan aún en determinar las causas del incendio y aún es pronto para conocer el valor de los daños que causaron las llamas. Secaderos de la Vega —integrada en el grupo agroalimentario con Cárnicas del Órbigo y Embutidos Rodríguez— ocupa una de las partes más modernas del complejo fabril.

Pese al trabajo que se desarrolla ahora para regresar a la normalidad y, de esta manera, minimizar la repercusión del siniestro en el aspecto comercial, la reconstrucción será necesaria para volver a sacrificar animales. Así, los más de 60.000 cerdos de cebo criados en granjas leonesas que hasta el momento se sacrificaban en el matadero de Embutidos Rodríguez se desviarán ahora otras instalaciones para su sacrificio, según apuntó ayer la organización agraria Asaja. El sindicato estimaba ayer que al menos 15 explotaciones de ganado porcino ubicadas en la provincia vendían sus animales al grupo a través de la empresa Agrocesa, domiciliada en Valladolid.

Rodríguez también recibía animales de las empresas Progatecsa (Valladolid), Cobadú (Zamora) y Coren (Orense), todas en régimen de integración, lo que facilitará que los animales se desvíen a otros mataderos, según explicó el secretario general de Asaja, José Antonio Turrado. «Al tratarse de granjas que están en sistema de integración no existe un problema importante, si bien se añade el coste del transporte», indicó. Por el momento, las reses que se hubieran trasladado al matadero de Soto de la Vega en los últimos días aguardan en sus granjas «cogiendo peso, esperando a que haya hueco en un matadero para sacrificarlos». Turrado señaló que el régimen de integración atenúa el problema para los ganaderos y recordó que el porcino es un sector ganadero sin un importante peso en la provincia.

La empresa señaló que «operadores libres, sin compromisos contractuales» le proveían de cerdos y coincidió con el sindicato agrario en que tendrán que matar los animales en otras instalaciones, preferiblemente en las situadas en las provincias limítrofes.