Una tinaja donde conservar 30 años

a.g. valencia | la bañeza

Un año más, y van 30, la plaza Mayor de La Bañeza ha consagrado a la alfarería. Durante cuatro intensas jornadas el corazón de la ciudad se convirtió en un ir y venir de público, alfareros y niños dispuestos a disfrutar de las bondades del barro.

La feria tocó ayer a su fin, dejando para el recuerdo una pieza gigante. Una tinaja de aproximadamente un metro de alto, donde conservar todos los recuerdos de estas tres décadas. Para la elaboración de esta pieza, el alfarero de Pereruela, Carlos Rodríguez, empleó 50 kilos de barro. La tinaja se fue modelando en vivo y en directo a lo largo de las cuatro jornadas y, ahora, una vez terminada tiene capacidad para cien litros. La tinaja se grabará con los números de esta edición, antes de que se exponga en el Ayuntamiento.

El maestro encargado del cometido es ya un veterano en la cita, aunque era la primera vez que hacía una demostración. Todo manual y con el torno dando vueltas, esta edición ya dispone de su gran cacharro. «Lo más complicado son las partes más estrechas donde hay que trabajar poco a poco y el cierre», explicó Rodríguez, mientras terminaba la tinaja.

La feria ha dejado, además de una pieza gigante, un buen sabor de boca. Los niños han disfrutado de los talleres, que este año se han potenciado, y los mayores han aprendido de estilos y técnicas pudiendo comprobar in situ las características de la alfarería de las diferentes zonas de España. Una cita con el barro que no puede faltar.