Cosecha de pendones y ‘bollas’ para una romería

DL | Redacción

Omaña volvió a cumplir la tradición, congregando a un buen número de fieles en el santuario de Pandorado para agradecer a la Virgen la gracia de hacer brotar el cereal en año de sequía cuando en abril aún no había germinado. Corría el siglo XIX y cuenta la tradición que a los pocos días de que los pueblos del Consejo de la Lomba realizaran la rogativa empezó a llover y las epigas se doraron y granaron en pocas semanas, dando alimento a la comarca. Desde entonces, los pueblos mandan a sus representantes en señal de agradecimiento. Algo similar tratan de conseguir este año los agricultores de regadío, que sembraron tarde por el exceso de lluvias de la primavera.

El pesado bochorno con el que despertó el día de la Asunción no impidió que una veintena de varales con sus paños se elevaran en el santuario —construcción del siglo XIII, junto a la que creció el pueblo— para recibir inclinados a la talla. La misa y el reparto de bollas —pan bendito— completaron una jornada tradicional en la que no faltó la música de la tierra.

El cortejo en honor a la Virgen llegó al paraje de Campodiós, como es costumbre, desde el que parte la Cañada de La Vizana o de la Plata.