«Es un honor para mí y mis antepasados»

Argimiro Rodríguez Villarroel nació en Tejerina (Prioro) hace 64 años y es la quinta generación de mayorales en su familia. Empezó de motril, como casi todos cuando apenas levantaba unos palmos del suelo. Durante 23 años realizó la trashumancia desde Extramadura hasta los puertos de la Montaña de Riaño, sobre todo los de Lois y Ciguera. A partir de 1991, la ganadería de 1.700 cabezas permanece estante en Extremadura, en concreto en la Fuente de los Romeros, en los contornos de la comarca de La Serena, afamada por sus dehesas. «Los viajes son muy caros y ya no encuentras gente» para manejar el ganado en los puertos, alega, aunque admite que «con el calor me acuerdo de los puertos». «Es un honor para mí y para mis antepasados recibir este premio», afirma Miro, orgulloso de su selecto rebaño de merinas con sangre de Perales. Para la Fundación Vista Linda, el ganadero leonés representa también a la gran saga de mayorales que salieron de Tejerina y de la que posiblemente sea el último representante. La fundación ha valorado el buen estado de la Fuente de los Romeros, así como las continuas mejoras en las instalaciones «en las que reinan la organización y el orden y que sirven de modelo para muchos ganaderos extremeños».