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Un año de acuerdo lácteo no cierra la brecha entre productores e industria

El minsiterio defiende que sin el pacto la caída de precios hubiera resultado más acusada.

La crisis dejó sin recogida de leche a un grupo de ganaderos de León. OTERO PERANDONES

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León

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Juan Javier Ríos | León

Ayer se cumplió un año de la firma del acuerdo para la sostenibilidad del sector lácteo, 12 meses de luces y sombras en un sector que no ha superado la crisis a pesar de que los compromisos firmados han conseguido paliar algo esta adversa coyuntura económica que afecta principalmente a los ganaderos.

Se trata de una de las crisis cíclicas en el sector lácteo, que en esta ocasión ha sido originada por un cúmulo de circunstancias: el fin del sistema de cuotas lácteas en la UE en abril de 2015, que liberalizó el mercado y aumentó la producción de leche; el embargo ruso vigente desde agosto de 2014; la caída de la demanda en países asiáticos y un descenso del consumo interno.

Con este panorama, el sector se puso manos a la obra para concertar una mesa de diálogo que derivó en la firma de este acuerdo que, un año después, genera disparidad de opiniones en cuanto al grado de cumplimiento del mismo; desde firmantes que deciden darle un elevado grado de ejecución a otros que reconocen avances pero con muchos escollos aún por superar, según las opiniones recabadas por Efeagro.

«cierta tranquilidad»

El texto fue suscrito por 58 entidades pertenecientes a la cadena de valor del lácteo en un acto presidido por la ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, ya que el ministerio tuvo una labor de mediación y adquirió algunos compromisos, como regular el papel de los primeros compradores y la declaración de precios de cesión de la industria.

El secretario general de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Carlos Cabanas, ha estado al frente de los encuentros para el seguimiento del acuerdo a lo largo de todo el año; una experiencia que le sirve para indicar que el acuerdo ha sido «importante» al permitir establecer un foro de diálogo que da «cierta tranquilidad». Valora el trabajo de todos los firmantes y subraya el elevado grado de compromiso para «mejorar las condiciones del sector». Además, está «convencido» de que, de no haber existido el acuerdo, las bajadas de los precios en origen en España hubiesen sido más acusadas.

En una línea parecida se expresa el presidente de Organización Interprofesional Láctea (Inlac), Ramón Artime, para quien el acuerdo ha ayudado «como mínimo» a «estabilizar los precios», aunque defiende que un año es poco tiempo para «tener todo a la perfección». Ve mejoras en las relaciones contractuales con la industria y en la supresión del hábito de usar la leche como producto reclamo mientras, que se ha hecho «poco» para potenciar la integración del ganadero.

Para las organizaciones firmantes el acuerdo ha hecho que estén muy pendientes a la evolución de los precios en origen, las posibles ventas a pérdidas en los supermercados y la consecución de contratos más estables con la industria, puntos en los que han obtenido algunas satisfacciones, según el presidente sectorial del lácteo de Cooperativas Agro-alimentarias, José Luis Antuña.

La apuesta firme por el etiquetado del origen de la leche era otro compromiso dirigido a la distribución y a la industria, dos eslabones de la cadena a los que aún les queda «mucho por hacer», según la técnico de Asaja, Adoración Llorente, quien valora el papel desarrollado por los ganaderos en este año.

La organización agraria UPA también pone su punto de mira en el sector transformador y distribuidor porque una parte de éste ha «ninguneado» a los ganaderos al no cumplir en materia de contratos, etiquetado o la búsqueda de precios sostenibles, según su secretario de Ganadería, Román Santalla.

Por su parte, el secretario general de Coag, Miguel Blanco, mantiene la misma postura que hace un año. Mantiene que es un acuerdo «fracasado» por incumplimientos principalmente de la industria y la distribución.

Distribución que, por su parte, saca pecho por los logros. Las principales asociaciones defienden el trabajo para potenciar el etiquetado del origen de la leche y en la supresión de la banalización del producto.