Se despide un gran hombre de izquierdas

j.m. campos | cistierna

El que fuera hasta hace unos meses presidente de la Agrupación Pozo Grajero de Lario, Mario G. Osorio, natural de Puebla de Lillo, falleció ayer en Madrid donde ha sido incinerado. Sus cenizas regresaran a su pueblo el próximo verano.

Mario G. Osorio fue un hombre de izquierdas, republicano y defensor de los ideales que defienden a las personas. Siempre estuvo al lado de la verdad y ello le llevó a denunciar, hace años, muchos temas que en su municipio hoy retoman actualidad con la corrupción. Trabajó desde las bases de Izquierda Unida tanto en su pueblo como en la provincia.

Pero además de su lucha diaria por la defensa de sus ideales, Osorio dio el gran salto cuando capitaneó una lucha que se extendió a nivel nacional por la memoria histórica. Hace dieciséis años junto a Ana Aída del Campo, Julián Morante y otros compañeros fundó la Agrupación Grajero, que lleva el nombre del pozo ubicado en los montes de Lario que se selló y donde se encuentran los restos de hombres y mujeres que dieron su vida por defender sus ideales. Mario tenía muy claro que había que estar allí cada mes de julio para homenajear a esas personas. A pesar de su enfermedad siempre acudió a Lario recordando a la gente que fue ‘paseada’ y asesinada. Unas de sus últimas palabras en esos homenajes fueron «hay que debatir no con nostalgia sino hablando de futuro». Supo recuperar y dar un valor histórico y político al Pozo Grajero, un lugar y emblema de la memoria.