La Ferina atrajo a un gran número de visitantes que desafiaron al frío y la lluvia

vanessa araujo | villablino

En la jornada de ayer, como cada 12 de noviembre, la capital lacianiega celebró ayer su tradicional feria conocida como la Ferina o Ferionina, debido a que es un mercado de características similares al celebrado en el día de la Hispanidad conocido como La Feriona, pero con una menor presencia tanto de feriantes como de visitantes. Este mercado contó este año con alrededor de 200 puestos ambulantes procedentes de distintas comunidades como Asturias, Galicia o Castilla y León. Estos tenderetes ocuparon una de las calles principales de la villa, la Avenida del Bierzo por sus dos márgenes. La variedad de productos que se ofertaron en este mercado durante el día de ayer es amplia, ya que se contó con artesanía, gastronomía, textil e incluso artículos de ferretería. Aunque debido a la proximidad a las fechas, los productos que nunca faltan son los tradicionales turrones y polvorones, así como el surtido navideño, o el ajo utilizado en la matanza del cerdo.

El plato fuerte de hoy al igual que en la Feriona, es el pulpo a feira que se puede degustar en restaurantes y hogares lacianiegos.

El tiempo no acompañó en la jornada de ayer, ya que la lluvia incesante caida durante todo el día hizo que la presencia de viandantes fuera menor y que los puestos ambulantes recogieron antes de lo previsto. Las dos ferias más importantes que acoge la capital lacianiega al año son La Feriona, que se celebra el 12 de octubre y cuenta con unos 500 puestos ambulantes. Y un mes más tarde, La Ferina.Además, todos los viernes, Villablino acoge un mercado dedicado al sector textil y alimenticio por algunas de las calles de la villa.