PÁRAMO | Pánico en las carreteras
El jabalí, dueño y señor de la llanura
La proliferación de estos animales salvajes provoca accidentes casi a diario, especialmente en la CL-621, la CL-622 y vías secundarias.
Armando medina | santa maría
Cae la noche y el miedo a coger el coche y salir a la carretera se apodera de muchos de los vecinos de gran parte de los pueblos de la comarca del Páramo ante el temor de toparse con los jabalíes, que al ponerse el sol campan a sus anchas.
Y es que no es para menos. Casi a diario llegan noticias de accidentes con este tipo de animales que en los últimos años se han hecho los dueños y señores de las llanuras. El último tuvo lugar yer mismo en la carretera CL-621 en las proximidades de Santa María del Páramo. El resultado, un turismo para la chatarra por intentar esquivar uno de estos marranos salvajes que se le cruzó en la vía de madrugada. Por suerte, no hubo que lamentar daños personales.
Esta carretera, que cruza el Páramo de este a oeste desde Valencia de Don Juan a Hospital de Órbigo, es una de las más conflictivas con puntos críticos denominados por los lugareños como ‘lugares de paso’ como uno en las proximidades de la salida de la autovía A-66 en Villamañán, donde se concentran el mayor número de siniestros. La CL-622, de La Bañeza a León, tampoco de libra de esta negra estadística. Aunque los accidentes van salpicando a las vías secundarias de toda la comarca en localidades como Bercianos del Páramo, Laguna de Negrillos, Villaestrigo, Valcabado, Santa María del Páramo, Fontecha...
Se trata de animales que hace apenas unos pocos años apenas se veían por estas tierras, pero ahora las han colonizado convirtiéndose en lo que los vecinos denominan como una auténtica «plaga». Los inmensos campos de maíz les ofrecen espacios seguros donde encuentran refugio y comida fácil. Los destrozos en estos terrenos de cultivo también comienzan a ser cuantiosos. Pero el mayor peligro estriba en los accidentes que provocan.
Los vecinos reclaman que se tomen las medidas oportunas para controlar la población de jabalíes que pueden ir desde batidas o cacerías hasta colocar algún tipo de vallado en los lugares de paso de las carreteras.