El Fapas alerta de que el oso se extingue al oriente de Asturias
El grupo ecologista no ha detectado a ningún ejemplar en dos años.
m. carnero | león
El Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) denunció ayer que el oso pardo está «prácticamente extinguido» en la zona oriental del Principado ya que, durante los últimos dos años, la organización ecologista no ha podido detectar la presencia de ningún ejemplar en los concejos de Amieva, Ponga o Caso.
El Fapas mantiene que, desde que inició su trabajo vinculado con la protección de los osos en el año 19885, cada año se podían detectar ejemplares de oso pardo en alguno de los concejos orientales donde la especie sobrevivía.
No obstante, los trabajos de seguimiento de esta especie con cámaras automáticas no han podido identificar a ningún ejemplar a lo largo de los años 2015 y 2016.
Según el Fapas, a lo largo de la última década, la presencia osera en la parte asturiana oriental ha ido disminuyendo hasta un momento, en la actualidad, «que podría prácticamente darse por extinguido el oso en esta parte de Asturias».
Los osos que visitan esta parte de la región asturiana, procedían del área osera oriental de la Comunidad de Castilla y León y su desaparición paulatina en Asturias ha tenido como referencia, según el Fapas, la propia desaparición de la especie en la zona castellana, donde la comarca de Riaño, perdió a lo largo de los últimos años totalmente la reproducción.
«Lamentablemente, esta desaparición del oso en los concejos orientales asturianos, es una consecuencia directa de la negativa de la administración regional de Asturias a llevar a cabo la suelta en esta área, de alguna de las oseznas que durante los últimos años ha sido necesario rescatar y después de rehabilitarlas, proceder a su reintegración a la naturaleza», señala en un comunicado.
Para el Fapas, éste es el resultado de una gestión de la población osera, tanto en la zona oriental de Castilla y León, como en la vertiente asturiana, «de absoluta dejación y abandono proteccionista, pese a los continuos recursos que la Unión Europea ha invertido en la supuesta protección de los osos».