El rendimiento medio de la remolacha se sitúa en 85 toneladas por hectárea

A. Domingo | Redacción

La mejor remolacha de la campaña está aún en la tierra. Y eso siempre que las heladas respeten a la raíz que se arrancará en febrero en una campaña nada típica, que, por el momento, arroja un rendimiento medio de 85 toneladas por hectárea, según datos que facilitó ayer Azucarera Iberia. La Bañeza ha recibido 230.275 toneladas de remolacha líquida —descontado el 10,2% de tierra e impurezas— hasta el martes, cuando se cerró la fábrica a la recepción, con una riqueza de 17,2 grados. La industria prevé un aumento de los rendimientos en la segunda fase, «en condiciones climatológicas sin riesgo de heladas». Las entregas suponen 251.696 toneladas de remolacha tipo. Es decir, de 16 grados, sobre un total de 618.188 contratadas.

En sus tres fábricas de la Zona Norte, Azucarera ha recibido alrededor de 952.000 toneladas de raíz, un 61% del aforo total, con una polarización media del 17,36%. La compañía tiene previsto finalizar la campaña el 8 de enero en Miranda de Ebro y cerrará Toro a finales e mes.

Azucarera realiza un balance en el que la palabra normalidad se instala en la zona. Sin embargo, la diferencia entre la remolacha de León y la de otras provincias en evidente en el rendimiento de 112,4 toneladas por hectárea que la empresa registra en Toro y las 85 de La Bañeza —no facilita el rendimiento en el área que abastece a Miranda de Ebro. La riqueza en Toro es de 17,45 grados tras recibir 481.000 toneladas y de 17,44 de Miranda de Ebro, que ha recibido 240.568 toneladas.

El secretario general de Asaja, José Antonio Turrado, apuntó «que hay que pensar que la remolacha que falta por arrancar va a dar buenos rendimientos. La remolacha que presentaba problemas sanitarios se ha arrancado ya. Si en la segunda fase hay sorpresas serán positivas».

Por su parte, el presidente de Ucale-Coag, Apolinar Castellanos, señaló que desde que se abriera la recepción de remolacha en la fábrica leonesa el 10 de noviembre se ha entregado toda la remolacha que se pudo sembrar en su momento «más 80 hectáreas de la tardía», procedentes de accesos a las explotaciones, donde el maniobrar de las máquinas resulta especialmente penoso en caso de exceso de lluvias. Castellanos atribuye el descuente a las podredumbre en la raíz, ya que, de otra manera, «tal y como está el terreno, no se entiende».

Castellanos apuntó que existen parcelas «que no alcanzan las 50 toneladas de rendimiento por hectárea» y recordó que son las 80 toneladas por hectárea marcan la diferencia entre la rentabilidad del cultivo y las pérdidas.

Análisis y reservas

Por otra parte, Azucarera recuerda que Aimcra ofrece este año a los agricultores de remolacha que contraten con Azucarera el análisis de tierras sin coste añadido y que ahora «es el momento óptimo» para recoger las muestras.

También recuerda el nuevo modelo de reserva de contratación para la próxima campaña, en la que no estarán vigentes las cuotas nacionales de producción. El objetivo de este sistema es conocer la intención de siembra «y planificar mejor los servicios de asesoramiento» a los agricultores.