Los almacenes, sin espacio para albergar la cosecha más rápida
Los almacenes de cereal de la provincia leonesa no tienen espacio para guardar el grano que les llega de la cosecha relámpago en la que se ha convertido el final de la campaña de maíz, la más rápida en recogida de las que se recuerdan. Los montones de grano que rivalizan en altura con las naves son una estampa en las zonas de cultivo, pese a que se prevé una merma de producción de más de 200.000 toneladas con respecto al año pasado,.
Sin embargo, la premura por retirar el maíz de las explotaciones no se traduce en estrés en las empresas de servicios al campo consultadas. Las jornadas de 12 horas en la cosechadora son habituales, con las iluminación de las máquinas funcionando, debido a que aún anochece pronto, pero los maquinistas apuntan que no existen los nervios que otros años produce la imposibilidad de sacar la producción por exceso de humedad en el terreno, atrasando otras labores.
Los más madrugadores por sacar la producción han sido, en buena medida, los agricultores del Páramo Bajo, en buena parte, apremiados por las fuertes inversiones ejecutadas en la modernización de regadíos, mientras que en la zona de Cabreros del Río la recogida ha comenzado más tarde, al igual que en las zonas sin modernizar del Páramo Alto. En cualquier caso, un tallo más endeble invita a los agricultores a retirar el maíz, que pasará por secadero en un mayor porcentaje que en otros años, para evitar que la planta se encame.
Por otra parte, el cierre de la fábrica de biocombustibles de Babilafuente (Salamanca), motivada por la quiebra del Grupo Abengoa, impide a los almacenistas sacar la producción con la rapidez con la que salía cuando entre un 20 y un 25% del maíz leonés se llevaba a la factoría salmantina. Ya el año pasado quedó una cantidad significativa —se estima que entre 12.000 y 14.000 toneladas de grano— en algunos almacenes leoneses.