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La agroindustria exige su espacio en el diseño de los planes de estudio

Las empresas buscan fuera de la provincia personal cualificado mientras los universitarios salen de León para encontrar empleo.

Javier Álvarez Oblanca, Beatriz Escudero, Marcos Lamas, José Luis Gómez, Óscar Ramos, José Luis Nieto, Joaquín Arbó, Joaquín Torné, Mar Peique y Pedro Luengo. RAMIRO

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León

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A. Domingo | Redacción

La industria agroalimentario leonesa reclamó ayer participar en el diseño de los planes de estudio de los futuros profesionales del sector. En el foro sectorial organizado por Abanca y Diario de León, la consejera delegada de Pharmadus Botanicals, Beatriz Escudero, abogó por «asumir entre todos la formación» y colaborar con las instituciones educativas en la planificación de los estudios. «Tenemos que ser generosos y transmitir lo que necesitamos, a la vez que los profesores universitarios tienen que actualizarse».

Además de Escudero, participaron en el debate el director territorial para Asturias y León de Abanca, Marcos Lamas Seoane; el director general de Patatas Hijolusa, José Luis Gómez; la representante de Bodegas Peique, Mar Peique; el consejero delegado de Embutidos Pajariel, Óscar Ramos; su homólogo en Legumbres Luengo, Pedro Luengo; el director general de Grupo Oblanca, Javier Álvarez Oblanca; el gerente de Cecinas Nieto, José Luis Nieto; el director general de Lactiber, Joaquín Arbó; y el director de Diario de León, Joaquín Torné, que ejerció de moderador.

La agroindustria leonesa, en mejor posición y con una producción de mayor calidad que hace diez años, se sitúa a un medio rural que pierde población, en el que los profesionales del campo no siempre satisfacen sus demandas y, por otra parte, ve cómo los leoneses mejor preparados encuentran su puesto de trabajo en otras provincias, mientras que tiene que buscar fuera de León la mano de obra cualificada que precisa, según destacó, entre otros participantes en el foro, el director general del Grupo Oblanca, Javier Álvarez Oblanca. El directivo coincidió en la necesidad de acercar universidad y empresa —«los 15 veterinarios que trabajan en el grupo no sabían qué era un pollo cuando salieron de la facultad», ejemplificó—. Subrayó además la importancia de las prácticas como forma de entrar en el mercado laboral y abogó por potenciar la Formación Profesional: «Hay muchos universitarios que realizan trabajo de técnicos y esto les genera insatisfacción», manifestó.

«En otros países las prácticas son básicas. En ese aspecto estamos muy atrasados, porque los estudiantes necesitan conocer la realidad para salir al mercado laboral. Es algo básico que tenemos que conseguir a medio plazo. En caso contrario, la universidad continuará siendo una fábrica de parados», señaló el gerente de Cecinas Nieto. Por su parte, el director general de Hijolusa, José Luis Gómez, subrayó el potencial que supondría para el sector conjugar la experiencia de los empresarios con la formación de los universitarios.

Márgenes e inversiones

Innovación, eficiencia y rentabilidad también fueron objeto de análisis. «Es peligroso innovar, pero más peligroso es no innovar», indicó el director territorial de Abanca, Marcos Lama. Los directivos presentes señalaron que sin innovación no es posible mantenerse en el mercado, pese al bajo margen de beneficio que consigue el sector. «Todos nos movemos céntimo arriba, céntimo abajo y, con tan poca rentabilidad, conseguimos invertir en innovación», explicó el representante de Hijolusa.

Pedro Luengo añadió que la competencia entre las cadenas de distribución «nos ha obligado a innovar y aun así nos aprietan» en los precios, en lo que coincidieron sus interlocutores. En opinión de Javier Álvarez Oblanca, la obsesión por los precios de las grandes superficies y los consumidores «tiene un límite. Si se sobrepasa, hay un proceso que no está bien hecho», aunque el director general de Lactiber, Joaquín Arbó, precisó que cuando la distribución exige precios más bajos «es porque otro industrial oferta el producto más barato».