Porque sólo una vez sabe a poco

a.g. valencia | la bañeza

Que cualquier excusa es buena para disfrazarse, se sabe, pero es que en estas fechas, además, sobran los motivos. En La Bañeza saben como tirar de ingenio para hacer del Carnaval su fiesta más señera. La desorganización organizada, la diversión, la música y las ganas de guasa acompañaron ayer el primer desfile del programa, ese que recupera los trajes del año anterior para darles una nueva oportunidad. Y es que el trabajo y las horas que cada disfraz lleva detrás bien merecen más de una ocasión para ponérselo. Por eso la jornada no defraudó y si por la mañana la carrera del Carnaval recordó aquellos años en los que correr la fiesta estaba prohibido pero aún así en La Bañeza supieron ingeniárselas para que Don Carnal paseara por sus calles, la tarde fue un alarde de color.

Más de sesenta grupos participaron en la comitiva que disfrutó del buen tiempo y de la atenta mirada del público. Las charangas, la música y las carrozas pusieron los ingredientes a una receta donde los protagonistas son los carnavaleros. La imaginación, en esta ocasión, se vistió de la Patrulla Canina o piezas de ajedrez. Hasta la pregonera, Ana Arias, quiso participar en el desfile haciendo gala de esa sangre bañezana que le corre por las venas.

Los duendes y las hadas, unos elegantes espantapájaros y los trajes de época se sumaron a la comitiva. La musa de 2016, Anais Santos, volvió a lucir en lo más alto de la carroza para despedir un reinado que ya ostenta María García, que será quien el martes presida el gran desfile desde la estructura más elevada.

Ayer carnavaleros de todas las edades, desde la cuna hasta los que ya son veteranos en este arte, pusieron su granito de arena para hacer que La Bañeza sea ejemplo carnavalero. No faltaron los personajes de Star Wars, una legión de pitufos o unos logradísimos integrantes de Kiss. El ingenio, que siempre está presente, no defraudó. Nunca falta. Y por eso unas gambas ‘a la gabardina’ presumían de no ser grupo, sino de ser una ración, o unos simpáticos calcetines desfilaban sus estampados.

Y los que nunca faltan son esos carnavaleros por libre que llevan la gracia por bandera y dan esa esencia que caracteriza a la mascarada de la ciudad. Sorprendiendo al público un turista algo quemado disfrutaba del desfile y también un ‘bebé’ algo malherido «por la cuna que le arrolló». Shakira y su bicicleta, Trump o los calendarios que ya han empezado la cuenta atrás también se animaron a poner su puntito al Carnaval, que terminó bailando con París de Noia.

La fiesta sigue hoy con el desfile que la mascarada dedica a la cantera de Don Carnal, los niños, esos que le aseguran el futuro y que, sin duda, en La Bañeza, es mucho. La comitiva de los más pequeños de la casa saldrá a las 17.30 horas y terminará con la visita de la Patrulla Canina.

Y de la inocencia, la noche se volverá bruja. El centro de la ciudad vivirá la fiesta y los disfraces serán los mejores aliados. Don Carnal sabe donde quedarse.