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JUICIO POR EL CRIMEN DE LA PEREGRINA

«Calma, calma, que ya les llevo yo»

Muñoz Blas llevó las riendas de la reconstrucción del asesinato de Denisse Thiem. La inspectora de Astorga que coordinó la investigación asegura que si el acusado «no nos dice donde está el cuerpo no lo hubiéramos encontrado»

Muñoz Blas, aparentemente tranquilo y con una media sonrisa, conversa con su abogado. RAMIRO

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León

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a.g. valencia | león

Miguel Ángel Muñoz Blas tuvo las riendas de la reconstrucción. Los agentes que ayer testificaron en la segunda sesión del juicio por el crimen de la peregrina Denise Thiem coincidieron en señalar la exactitud con la que el acusado «recordaba los detalles» y les guió desde la puerta de su casa hasta el primer enterramiento de la mujer, en las inmediaciones de la vivienda. Uno de los agentes explicó como ante las preguntas que le hacían, llegó a decirles «calma, calma, que ya les llevo yo».

Sin embargo, como se desprendió de la sesión, el acusado no tomó la misma actitud para ayudar a esclarecer el paradero de las manos de la peregrina —el cadáver apareció con ellas seccionadas— y es que, como subrayó el responsable de inspecciones oculares de la Policía Científica, el acusado «nos iba dando largas, acotó una zona muy amplia. Creo que podría haber precisado mucho más», y subrayó que Muñoz Blas dijo, durante la reconstrucción, «lo que quería y como quería. También nos ocultó lo que quiso. En todo momento se mostró en su sano juicio», incluso llegó a derrumbarse.

La precisión mostrada por el único acusado en el crimen también la puso ayer de manifiesto la inspectora que llevó la investigación en Astorga. Si Muñoz Blas «no nos dice dónde está el cuerpo, posiblemente nunca hubiéramos encontrado a Denise», enfatizó.

La inspectora recordó que en la primera visita a la casa del acusado, el 25 de abril, «le encontramos muy nervioso aunque negó que hubiera visto algo» y manifestó que «no sabía nada de ninguna desaparición». En su declaración, también confirmó que Muñoz Blas no fue el único investigado, «se analizaron muchos datos», aunque poco a poco, y en base a la información que se fue analizando—como los presuntos hostigamientos a otras peregrinas— el cerco se fue estrechando sobre él. «Desde el principio tuvimos la convicción de que la desaparición de Denise no fue voluntaria».

38.000 euros y una camiseta

Las acusaciones, tanto pública como particular, centraron buena parte de las cuestiones que se debatieron ayer en la sala en saber qué se halló en la casa de Miguel Ángel Muñoz Blas en aquel registro de septiembre, para confirmar que en un zulo se localizaron 38.000 euros y una camiseta quemada, así como unos auriculares parcialmente calcinados, en el interior de la vivienda. Un extremo que confirmaron todos los agentes que prestaron declaración. No obstante, se descartó el hallazgo de restos orgánicos, así como sangre en el interior de la vivienda, a diferencia de las manchas que se hallaron en una sierra que se localizó en el cobertizo.

Por su parte, la defensa trató de desmontar las declaraciones de los policías. «¿Usted cree que una persona que quiere huir se hospeda en albergues, saca dinero o coge un autobús de línea, qué motivos tendría Muñoz Blas para escapar en septiembre?», cuestionó el abogado de la defensa a la inspectora jefe de la investigación. «No sé, eso pregúnteselo a su patrocinado», le respondió ella.