Señalizó con dos piedras el lugar donde ocultó las manos
La actitud colaboradora de Muñoz Blas se mantuvo días después del hallazgo del cadáver y la reconstrucción de los hechos. El día 21 de septiembre de 2015, diez días después de que se localizara el cuerpo, el subinspector de la Policía Judicial del grupo de Desaparecidos y Homicidios, que ayer testificó en el juicio, se reunió con el acusado y su abogado en la cárcel de Mansilla de las Mulas para tratar de avanzar en el paradero de las manos de la mujer. «Nos dio explicaciones muy plausibles. Me dijo que se las había cortado antes de enterrarla la primera vez y que las había dejado a unos 300 metros de su casa, en dirección a la derecha, y en unos huecos que ya existían. De hecho precisó que colocó dos piedras pequeñas para identificar el lugar». Sin embargo, las extremidades siguen sin aparecer.
Tiempos y detalles
La defensa insistió ayer en el tiempo que se tardó hasta llegar al cadáver, en los detalles del registro de la vivienda o en las circunstancias que rodearon a Muñoz Blas cuando, supuestamente, le dijo al agente al bajar del helicóptero que quería colaborar.