Un cliente que no levantaba sospechas

El presunto autor del crimen de la peregrina, Miguel Ángel Muñoz Blas, era un cliente que se comportaba con normalidad tanto en el banco donde cambió los dólares que, al parecer, robó a Denise Thiem como en los comercios a los que se dirigió tras la desaparición de la peregrina. Sólo la empleada de banca tomó precauciones pero sólo por la posibilidad de que los dólares americanos que Muñoz Blas quería vender fueran falsos. Fue este el motivo por el que los fotocopió, declaró ayer ante el tribunal.

Muñoz Blas no había cambiado dinero antes y quería «llevarse los euros el mismo día». La empleada de la oficina de Cajamar en Astorga le explicó que la operación llevaba aparejada el cobro de una comisión y le indicó la imposibilidad de entregarle el equivalente en euros hasta pasados unos días. Muñoz Blas salió de la oficina y más tarde volvió para realizar la operación. Sólo le llamó la atención «que una persona que habitualmente no realiza operaciones de este tipo llevara esa cantidad» —eran 1.132 dólares estadounidenses—.

Normalidad también refirieron otros tenderos que le atendieron tras la fecha de desaparición de la peregrina. Los responsables de la droguería donde compró la pintura para pintar su casa destacan su interés por conocer las propiedades del producto.