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La tularemia se ha descrito ya en más de cien especies

Un estudio presentado ayer aborda de forma integral la zoonosis.

Llorente, García Marín, Rodríguez Ferri y Álvarez Nogal, en la presentación del libro. SECUNDINO PÉREZ

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León

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A. Domingo | Redacción

El Paraninfo Gordón Ordás de la universidad de León, acogió ayer la presentación del libro Tularemia. Una Aproximación a su Estudio Integral en Castilla y León , editado por la Junta de Castilla y león y la Academia de Ciencias Veterinarias de Castilla y León. La coordinación de la obra corresponde al presidente del organismo académico, Elías Rodríguez Ferri. Este estudio de la enfermedad en las personas y los animales se fundamenta principalmente en los datos de las consejerías de Agricultura y Sanidad, además de en los de la Facultad de Veterinaria.

En el acto participaron el rector de la universidad, Juan Francisco García Marín; los directores generales de Producción Agropecuaria, Jorge Llorente, y de Salud Pública, Agustín Álvarez Nogal, así como el coordinador de la obra.

Rodríguez Ferri destacó como novedades la aparición de la bacteria causante de la Tularemia de tipo B (Francisella tularensis holarctica ) —única que se ha dado en España y menos grave que la de tipo a— en pequeños roedores y otros animales insectívoros como las musarañas. La enfermedad se ha descrito ya «en más de cien especies», en una zoonosis oficial en España desde 1997, «que ya existía antes» y considerada como enfermedad de declaración obligatoria.

El Control de la enfermedad

En declaraciones a este periódico, el catedrático manifestó que es raro que esta enfermedad no se describa en otras comunidades autónomas y destacó el esfuerzo de la Junta por vigilar la enfermedad tanto en Tierra de Campos —en la confluencia de Palencia, Valladolid, León y Zamora—, epicentro de la infección, como en el resto del territorio.

Desde que en 1997 se describió el primera caso español de tularemia en humanos, se han notificado más de 1.000 casos —la gran mayoría en Castilla y León— en los tres brotes de la enfermedad (1997-1998, 2007-2008 y 2014-2015). El principal reto de los investigadores, apuntó, se centra en saber dónde se esconde la bacteria en los periodos entre brotes, bien en liebres, conejos de monte, topillos, roedores o pequeños mamíferos o en insectos vector como la garrapata, la mosca o el mosquito o incluso en amebas presentes en el agua.

El 2015 se saldó con 31 casos en humanos y el 2014 con 112, mientras que no se ha dado en 2016 hasta agosto. Sin embargo, e necesario protegerse al manipular liebres y conejos de monte.