La policía no encuentra sustancias corrosivas para deshacer el cuerpo
En la última parte de la sesión celebrada ayer en la Audiencia Provincial de León declararon por videoconferencia desde Madrid tres inspectores científicos de la Policía Nacional quienes registraron la vivienda del acusado tras la aparición del cadáver de la peregrina, así como los restos de tierra que se encontraban bajo el cuerpo.
Uno de los escenarios investigados fue la fosa séptica de la vivienda de Miguel Ángel Muñoz Blas, donde se encontraron unas pastillas que se sospecharon, en un primer momento, que pudieran ser utilizadas para descomponer restos humanos. A preguntas del letrado de la defensa, los agentes descartaron que los líquidos analizados de la fosa séptica se hallasen restos de sustancias biológicas corrosivas capaces de descomponer un cuerpo. «Son aguas residuales sin más, con los componentes habituales en este tipo de instalaciones», declararon. Además, aclararon que las pastillas encontradas «son tapones sólidos formados por compuestos propios de la fosa, similares a los que podrían atascar las tuberías de cualquier casa», explicaron con detalle.
Respecto a los dos tipos de tierra encontrada bajo el cadáver, los investigadores confirmaron que se trata de terreno propio de la zona, rico en cuarzo, —de ahí su color grisáceo, y también descartaron la existencia de sustancias corrosivas que pudieran ser utilizadas para descomponer restos del cuerpo, como pueden ser las manos que todavía no han sido localizadas.
Pruebas forenses
La sesión del juicio se reanudará hoy con nuevas pruebas periciales que serán aportadas con las declaraciones de dos médicos forenses, y por otros tres agentes de la policía científica.
Mañana intervendrán un inspector jefe de la Policía Nacional que aportará un informe psicológico del acusado, así como una funcionaria del CSIC encargada de redactar un informe entomológico, realizado sobre los insectos localizados en la escena del crimen.