reconocimiento a una forma de vida
La herencia intangible del nómada
La trashumancia ha sido declarada Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial en un intento por salvaguardar este tipo de pastoreo ancestral que arrastra siglos de historia entre caminos .
maría carnero | león
Entre el nomadismo y la estabulación. La trashumancia es una fase de la evolución de la vida ganadera. Con estas palabras describe el etnógrafo José Tudela de la Órden este tipo de pastoreo en continuo movimiento que acaba de ser declarado Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial, por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, según publicó en su edición de ayer el Boletín Oficial del Estado (BOE). Este reconocimiento impulsado por el Gobierno trata de salvaguardar una de las tradiciones ganaderas más ancestrales del país y que hoy en día sobrevive a duras penas, a pesar de ofrecer soluciones reales a problemas como la prevención de incendios, conservación del patrimonio y fijación de población.
La trashumancia en España constituye en la actualidad un «patrimonio vivo», según el real decreto publicado ayer por el BOE. Además de haber contribuido a conformar la identidad cultural de muchos territorios de España, la actividad trashumante ha originado un rico patrimonio cultural y etnográfico, reflejado en fiestas y tradiciones, en la toponimia, en la gastronomía y en toda la arquitectura relacionada con esta actividad. También las manifestaciones de la tradición oral, la artesanía y las técnicas de pastoreo tradicional, así como la ordenación de los pastos en el marco del derecho consuetudinario son elementos de la cultura trashumante que esta actividad ayudó a transmitir a su paso por los diferentes y distantes territorios peninsulares.
La trashumancia ha sido tradicionalmente un mecanismo de intercambios culturales entre los diferentes territorios de la Península. Según destaca la declaración, a través de la amplia red de vías pecuarias, se produjo la transmisión de noticias y conocimientos, resultando que a lo largo de los diferentes territorios se genera una cierta homogeneidad cultural derivada de las interrelaciones sociales y culturales que este pastoreo producía.
En la actualidad persiste la trashumancia trasterminancia (dentro de la misma provincia) para el caso del vacuno de extensivo, desde las zonas del perímetro montañoso de Castilla y León a áreas de interior.
Esto es debido a los duros inviernos, sin pastos ni sitio donde proteger a las vacas nodrizas, lo que, como explica la organización, obliga a los ganaderos a transportar los animales hasta la llegada de la primavera.
Por su propia naturaleza itinerante, la trashumancia implica normalmente a más de una comunidad, lo que significa tener que someterse a legislaciones no siempre coincidentes en materias clave como la sanidad animal, además del modo diverso que tiene cada región de interpretar las leyes del Estado y de la Unión Europea.
La trashumancia fue declarada Manifestación Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial el pasado 7 de abril, junto a la Semana Santa y el Carnaval cumpliendo así con los principios de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial aprobada por la UNESCO en 2003 y ratificada por España en 2005.