ASTORGA
PP-PAL defiende que en el matadero «ni se compra ni se vende carne»
Acusa al PSOE de «irresponsable» y aclara que «no ha habido detenciones» en la ciudad.
a.g. valencia | astorga
La petición de una comisión por parte del grupo socialista de Astorga y el hecho de que el PSOE hable de «fraude en la carne de caballo» a raíz de la operación Gazel que, entre otros, investiga el matadero municipal de la ciudad, ha llevado al equipo de Gobierno, formado por PP-PAL y con representación en el Consejo de Administración de Mafricas, a salir al paso y aclarar que «en el matadero ni se compra ni se vende carne, solo se sacrifica, algo que debería saber bien Victorina Alonso —ahora portavoz socialista— y durante los cuatro años de la pasada legislatura alcaldesa de Astorga». Por eso, tanto Pepe Guzman como a Pablo Peyuca González, los miembros de la coalición de Gobierno que forman parte de la sociedad que gestiona las instalaciones, criticaron ayer «la irresponsabilidad» de los socialistas «al levantar falsas sospechas» y mostraron su indignación porque «no cuentan toda la verdad y airean lo que les interesa».
En este sentido, los dos ediles explicaron que el mismo día —el martes pasado— que se tuvo constancia de la operación Gazel en las instalaciones astorganas, «el alcalde llamó a los portavoces del resto de grupos y les explicó lo que se sabía hasta el momento, que no es más de lo que sabemos ahora, porque hay secreto de sumario», subrayaron, queriendo lanzar un mensaje tranquilizador a los ciudadanos.
En esta línea, Guzman y Peyuca explicaron que «en Mafricas ni se ha encontrado carne en mal estado ni hay detenidos», asegurando que «los agentes se llevaron la documentación solicitada sobre algunos clientes del matadero, nada más, y acerca de las guías, chips y pasaportes de los caballos sacrificados para determinar si ésta es falsa o no, pero la carne que sale del matadero de Astorga cuenta con todas las garantías», dijeron. Ambos apoyaron su idea en que «las instalaciones, además, cuentan con veterinarios independientes, funcionarios públicos de Sanidad, que velan por que el producto cuente con todos los requisitos sanitarios».
Los dos concejales afearon a los socialistas que hicieran pública la solicitud de la comisión de Industria, empleando, para justificarla —«porque ya estaban informados»— palabras como «fraude», al entender que «parece que solo buscan desestabilizar a la industria cárnica de la ciudad», matizando, no obstante, que «Mafricas está funcionando con total normalidad».
Igualmente, Peyuca y Guzman pusieron sobre la mesa la preocupación del equipo de Gobierno por el impacto que «actuaciones de esta naturaleza» puedan tener sobre la industria y «puedan provocar el desinterés del ciudadano».