Una joven enferma de Villablino logra movilizar a la Fundación Carreras

vanessa araujo | villablino

Una sonrisa, el brillo en los ojos y una fuerza constante han impulsado a la lacianiega Elvira Fernández desde que en febrero del pasado año, con 29 años, le diagnosticaron un cáncer del tejido linfático —un linfoma de Hodgkin—.

Y con esa fuerza y esas ganas que le pone a la vida ha conseguido que los lacianiegos conozcan un poco más acerca de esta enfermedad. Elvira Fernández se ha convertido en la promotora del acto de concienciación de las enfermedades oncológicas de la sangre, programado por la Fundación Josep Carreras para el 17 de junio en Villablino, cuando, por lo general, sólo desarrolla actividades en las ciudades. En el acto se han inscrito gracias a Elvira Fernández un centenar de personas para llevar a cabo la labor de difusión, por lo que la fundación ha decidido realizar la jornada.

Los médicos sometieron a la joven lacianiega a diferentes exámenes desde que comenzaron los síntomas de su enfermedad y las pruebas revelaron que su enfermedad era de nivel III, cuando el máximo es nivel IV. Presentaba tumores «de 30 centímetros en la zona del bazo y de 20 en la espalda».

La vida de Elvira Fernández dio un giro radical y tuvo que acostumbrarse a «vivir en consultas medicas y hospitales». Comenzaron los tratamientos, que no respondieron como se esperaba y los médicos optaron por un transplante de médula: una esperanza que llegó gracias a su hermano, Lisardo, al demostrar los estudios la compatibilidad del donante y la receptora.

El transplante se llevó a cabo el día 12. Todo ha salido bien, «hoy he nacido otra vez», decía Elvira Fernández, que sufre ahora los síntomas normales de una intervención así. Con la tranquilidad que ha mostrado siempre, señala que hay que esperar para ver los resultados.