UNA JORNADA DE VIVENCIAS POPULARES
Las merinas regresan a Prioro
La Fiesta de la Trashumancia volvió a ser una jornada para recordar los trabajos de los pastores, la siega, la forma de cocinar la caldereta y chanfaina y otras actividades populares de la montaña.
La Fiesta de la Trashumancia está declara de Interés Turístico Provincial. CAMPOS
JOSÉ Mª CAMPOS | PRIORO
La Fiesta de la Trashumancia, declarada de Interés Turístico Provincial, volvió recibir el rebaño de merinas que la noche anterior descansaban en las montañas de Salamón. Esta fiesta, un año, más ensalza esta milenaria actividad ganadera desarrollada entre las montañas que bordean la cuenca del Duero y las dehesas extremeñas. La subdelegada del Gobierno, Teresa Mata, y el alcalde de Prioro, Francisco José Escanciano, salieron a recibir a las 1.200 merinas que llegaron al recinto ferial. La jornada estuvo repleta de actividades que comenzaron con un concurso exhibición de perros mastines, guardianes de las merinas a la vez que tenía lugar un corro de lucha leonesa de base. Tras el recibimiento del rebaño se puso en marcha el tradicional concurso de siega con guadaña. En esta edición el ganador fue Paulino de Tejerina seguido por José María de Los Espejos y Nino Valbuena de Horcadas.
Para reponer fuerzas tras la jornada mañanera lleva de actividades cientos de personas degustaron una comida pastoril de caldereta, chanfaina, sopas de ajo, migas y orujo. Al finalizar se celebró la carrera de burros para continuar con el baile de las rocas y el chocolate. Las actividades finalizaron con una verbena en el pueblo de Tejerina. Durante todo el día hubo una exhibición de esculturas realizadas con motosierra además la gente pudo visitar el museo etnográfico y de la trashumancia de Prioro.
Los pequeños ganaderos de las sierras de León, Soria, Segovia y Cuenca defendían así sus intereses gremiales, que estaban vinculados con el desarrollo y la expansión de la propia cabaña ganadera. Los pastos de altura del norte y las dehesas del sur dieron alimento al ganado durante todo el año y la fina lana merina pudo dominar el mercado internacional durante cinco siglos. Esta situación propició elevados ingresos económicos para el país y un cierto auge para los pueblos de la montaña leonesa, que disponían de recursos pastorales para arrendar y para acoger la cabaña ganadera foránea. Prioro, cabecera de la Cañada Leonesa Oriental de 700 kilómetros, recuperó la Fiesta de la trashumancia en el año 1994 con el fin de poner en valor este oficio.