Asfixia por fallo en el sistema de ventilación

José Antonio Blanco, Juan Carlos Pérez, Manuel Antonio Moure, Orlando González, Roberto Álvarez y José Luis Arias murieron porque la ventilación del lugar donde se encontraban «no era adecuada ni suficiente» para renovar el oxígeno en el lugar donde habían caído los trabajadores.

El auto judicial señala que ya desde el 14 de octubre se habían detectado valores altos de metano por parte de los vigilantes, que disminuyeron después para reaparecer a partir del día 25. Ese viernes ya se registró una subida brusca del gas letal. Durante los dos días siguientes, fin de semana, se observaron cortes en la alimentación eléctrica y en la ventilación, así como dificultades para evacuar a concentración de metano. Al reanudar el trabajo tras el fin de semana, el día 28, se observan oscilaciones en la cantidad de metano y cortes de ventilación, que provocaron que en el tercer relevo el metano alcanzase el 3%, «hasta que sucede el accidente a las 13.24 horas, con un aumento brusco por encima del 5%».

El auto recoge las tareas, cortes e incidentes de toda esa jornada, con fallos en el suministro eléctrico y la ventilación. Aunque «no se hace nada por impedir la entrada de los trabajadores fallecidos». Los metanómetros quedaron fuera de rango por una invasión brusca de metano, aunque desde el 12 de octubre hubo nueve días en los que se sobrapasó la concentración de metano recomendada.