Diario de León

El cierre de la presa Panera mata a las truchas al secarse el canal

CHD obliga a trancar las tomas del río para reducir la salida de agua de Los Barrios de Luna.

El agua ya no arrastra las hojas caídas de los árboles tras cerrarse la compuerta el lunes. JESÚS

El agua ya no arrastra las hojas caídas de los árboles tras cerrarse la compuerta el lunes. JESÚS

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León

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Actualizado:

A. Domingo

Santa María de Ordás

Las medidas adoptadas por la Confederación hidrográfica del Duero (CHD) contra la sequía han provocado la muerte de un buen número de truchas, otros peces y cangrejos en la Comunidad de Regantes de la presa Panera, en el municipio de Santa María de Ordás. La orden de cerrar los canales —excepto en aquellos en los que se acordó mantener cierto caudal ecológico— dejó sin agua a la fauna piscícola del canal de la que se deriva el agua desde Santibáñez de Ordás hacia Villarrodrigo.

La CHD busca mantener el caudal del río Luna y el Órbigo lo más alto con una menor salida de agua del embalse de Los Barrios de Luna, para garantizar en la medida de lo posible el abastecimiento de agua a León. Por otro lago, ha exigido a las comunidades que se sitúan entre el contraembalse de Selga de Ordás y la confluencia del Luna con el Omaña la instalación de caudalímetros, con el fin de controlar su consumo de agua, lo que ha levantado las quejas de las 21 comunidades afectadas, dado el escasos consumo de agua que realizan, tanto por destinarse a regar praderas como por la poca extensión de terreno que dominan: 1.586 hectómetros cúbicos entre todas.

El presidente de la presa Panera, José Gracia, explicó ayer a este periódico que la orden de la confederación de cerrar la compuerta llegó el lunes, produciéndose la muerte de los peces en una cantidad que no precisó, si bien señaló que la pesca perdida «es bastante».

La medida de cerrar las presas en las comunidades del río Luna ha sorprendido entre los escasos regantes, ya que «no se habían cerrado prácticamente nunca», apuntó Gracia, que reconoció que hace algunos años se bajaron las compuertas —probablemente, en 2012, último de los años en que se sufrió una sequía—. El presidente de la Panera señaló que el agua que entraba en el canal —excavado en la tierra y que dio servicio a los molinos de la zona— «no se consume» una vez terminada la campaña de riego y que ésta «regresa al río. Podría aprovecharse para que beba el ganado, consumo que no llega a ninguna parte».

Una instalación cara

Gracia desconoce los motivos por los que se quieren instalar caudalímetros en las tomas del río de estas comunidades. Su coste, varios miles de euros en instalación, penalizaría en gran medida a unos regantes que pagan tasas muy bajas por el agua que utilizan dada la escasa cantidad de agua que utilizan para regar una pequeña superficie de pradera. A esto habría que añadir el mantenimiento de unos equipos que se instalarían en zona a las que no llega el fluido eléctrico y que precisan una línea de transmisión de datos.

Los responsables de las comunidades del río Luna trasladaron la muerte de fauna piscícola y el problema surgido con los medidores al Sindicato Central de Regantes del Embalse de Los Barrios de Luna. El organismo se ha dirigido a la autoridad de cuenca exponiendo las peticiones de estos usuarios y solicitando una solución.

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