León será referente de la apicultura ecológica nacional con 2.500 colmenas

maría carnero | león

Con el apoyo de cerca de 150 productores, que suman más de 8.500 colmenas repartidas por todo el país, nace en León Urzapa-Adate, una nueva asociación apícola que surge de la necesidad de cubrir las necesidades e inquietudes de un sector que no pasa por su mejor momento.

Aunque la mayoría de los apicultores asociados son de la provincia de León ya se han sumado al proyecto productores de Zamora y Galicia, Asturias, Baleares, País Vasco y Murcia. La sede del Círculo Empresarial Leonés fue el lugar escogido ayer para la presentación de este proyecto que «viene a fomentar las prácticas ecológicas y sostenibles en un sector tan importante en la provincia como el apicultura», destacó el gerente del CEL, Jorge Vargas.

El consultor Urbano González, profesional con una larga trayectoria en el sector, capitanea este proyecto que está arropado por el Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos (Ictal) de la Universidad de León, por la Fundación Oso Pardo (FOP) y por el sindicato Ucale-Coag.

El principal objetivo de esta asociación, que nace de la experiencia de la consultora Urzapa constituida en 2012, es desarrollar la apicultura ecológica, sin dejar de lado la tradicional. «En 19 años hemos pasado de un apicultor ecológico en León a cuatro y el año que viene seremos las provincia con más colmenas ecológicas de toda España con más de 2.500», explicó González. La formación y el asesoramiento en sanidad, burocracia, licencias o seguros, son algunos de los aspectos que se desarrollan desde Uzarpa, que ahora trata de unificar una normativa para los dos tipos de apicultura, la tradicional y la convencional. Urzapa-Adate pretende funcionar como una Asociación de Defensa Sanitaria (ADS) para lo cual contará con dos veterinarios apícolas para visitar a los apicultores cuando lo necesiten.

Uno de los principales retos a corto plazo es el de lograr una norma de calidad española para el propóleo, lo que «convertiría a España en el segundo país del mundo en tenerla, por detrás de Rusia», apuntó González.

Por su parte, Fernando Ballesteros, de la FOP, explicó que desde la fundación entienden que la conservación del oso «sólo es posible si hay una perfecta convivencia con la actividad humana». Para Ballesteros, la apicultura representa el sector «más conflictivo» para el oso, lo que genera nuevos retos, como el de ayudar a las explotaciones a protegerse de sus ataques.

Camino García, catedrática del Ictal, destacó el apoyo a este proyecto, «con controles de calidad en las materas primas para garantizar una miel homologada y competitiva». La investigadora destacó el interés científico del propóleo, un microbiano con usos en la alimentación, en la cosmética y como agente conservador natural, y reclamó la necesidad de que cuente con una normativa propia, ya que «no nos podemos seguir rigiendo por las normas argentinas o las rusas como hasta ahora».

Por último, el representante de Ucale-Coag y apicultor profesional, José Montes, recordó los problemas a los que se enfrenta actualmente el apicultor, como las amenazas sanitarias, y puso en valor la miel de León por su indiscutible calidad.