VILLAMUÑÍO mantiene SUS TRADICIONES
Auto de nieve penitencial
ACACIO DÍAZ | VILLAMUÑÍO
El Auto Sacramental de los Reyes Magos, que cada diez años celebra Villamuñío —municipio de El Burgo Ranero—, fue ayer estación de penitencia y un auténtico homenaje a los jóvenes que lo representaron permanecer entre el público en una mañana en la que la nieve y las bajas temperaturas trataron de zancadillear una celebración que ya esquiva la despoblación que sufre la localidad, como muchas otras de su entorno.
Una veintena de actores locales dieron vida al relato de los evangelios y a los añadidos del evangelio según Villamuñío, en forma de cánticos que recogen unos textos al menos centenarios.
Dos horas de san Mateo
Pese a los copos, que no llegaron a cuajar, la cabalgata real abrió la representación, con José y María, los soldados del rey Herodes, los pastores, los sabios de oriente y otros personajes a los rodeaba un público sabedor de que no habrá otra función hasta el 6 de enero de 2028. La comitiva escuchó misa, confiando en que los copos cesaran. Pero nada más lejos de la realidad, la representación, en las pistas deportivas —al aire libre, sin protección alguna para el público a excepción de los paraguas— continuó bajo la nevada. Los más afortunados tuvieron una silla en la que contemplar unas escenas basadas en el relato de san Mateo, que se extendieron durante unas dos horas. Los que se mantuvieron de pie pudieron moverse algo para sacudirse el frío.
Dos meses de trabajo para una veintena de actores aficionados, que supieron mantener viva la tradición, aunque la falta de vecinos vaya complicando, cada vez más, el relevo a la hora de representar el periplo de los Magos, su entrevista con Herodes y la adoración del Niño, con consejos a san José incluidos para poner a salvo a su familia de las pérfidas intenciones del monarca.