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MINERÍA ■ EL FUTURO DEL CARBÓN

León tiene futuro en la Europa descarbonizada... ...y ha recorrido ya parte del camino

La UE recupera en el nuevo marco de financiación a partir de 2020 líneas millonarias para investigar en generación energética ‘limpia’. La Plataforma de Regiones Mineras se vuelca en captar fondos para proyectos ecoinnovadores. La investigación de años en captura, transporte y almacenamiento de CO2 es tecnológicamente viable; y el nuevo escenario pone en valor proyectos . de la Ciuden y de Endesa que sólo esperan el desarrollo a escala industrial

El Pozo Viejo, en Fabero.

León

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Compatibilizar la generación eléctrica limpia con la utilización de combustibles fósiles (especialmente carbón) ha sido uno de los objetivos de los planes de investigación europeos desde hace más de diez años. Sin embargo la recesión económica colocó en un segundo plano el interés en desarrollar comercialmente tecnologías que científicamente están ya muy avanzadas, tanto en los programas de financiación de proyectos europeos como en las prioridades del Gobierno español. Una situación que dejó aparcadas iniciativas e instituciones que en el caso de la provincia de León habían avanzado con importantes resultados innovadores. Ahora la Plataforma de Regiones Europeas en Reconversión del Carbón, que se constituye oficialmente el mes que viene y en la que participan tanto Castilla y León como Asturias, pone de nuevo el foco en estos desarrollos tecnológicos como base para el futuro de aquellos territorios que conservan minería del carbón rentable sin ayudas, y que pretenden hacerla compatible con los objetivos de descarbonización de la economía que tiene marcados la agenda europea.

Un terreno en el que la provincia de León tiene recorrido ya un importante camino que ahora es necesario poner en valor, no sólo para conservar los restos de la minería que pueden sobrevivir en el nuevo escenario de competitividad empresarial, sino con el objetivo de convertirse en polo de innovación y desarrollo de una industria para la que se abren de nuevo enormes posibilidades de futuro. La decisión de poner en valor todo el camino recorrido tiene que tomarla el Gobierno nacional, y la Ley de Transición Energética y Cambio Climático de la que todo el sector eléctrico está pendiente (cuyas líneas generales tienen que darse a conocer también este mes de febrero) será determinante para marcar este futuro. Pero los expertos señalan que las investigaciones llevadas a cabo sobre todo entre 2008 y 2012 en la provincia tienen un «altísimo valor» que hay que reivindicar como pilar económico de futuro.

La plataforma de regiones se crea con dos grupos de trabajo, en los que se juega buena parte del futuro energético leonés: por un lado el dirigido a la ‘economía postcarbón’, para las zonas que abandonan totalmente la minería y la generación. Se trata de realizar «una transición justa para la sociedad afectada por el paso a una energía limpia»; estableciendo «una transición económicamente viable» para estas comarcas.

El otro grupo de trabajo se centrará en impulsar la inversión en tecnologías ecoinnnovadoras y limpias para el carbón, tanto de captura y almacenamiento como de utilización del CO2 para nuevos usos.

En este entorno, que además desde la Comisión Europea ya se ha adelantado que contará con sustanciosas partidas económicas en el nuevo marco de financiación que se abre a partir de 2020, León cuenta con una enorme ventaja competitiva: las investigaciones ya realizadas en captura, transporte y almacenamiento por el consorcio formado por la Ciudad de la Energía, Endesa y la consultora Foster Wheeler.

Investigaciones desarrolladas en los laboratorios creados junto a la central térmica de Compostilla, en la caracterización geológica del suelo en la zona sureste de la provincia y las experiencias de almacenamiento en la zona burgalesa de Hontomín. Todas ellas se han mostrado viables desde el punto de vista tecnológico, pero su paso a escala industrial quedó paralizado entre la crisis y la permanente incertidumbre en la que se mueve el sector energético.

El caso de la Ciuden es especialmente sangrante, en los últimos años se ha denunciado constantemente la nula presentación de proyectos a los programas de investigación financiados desde Europa. A pesar de que tiene toda la capacidad instalada para optar a los proyectos finandiados con fondos comunitarios. Incluso el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, instó esta semana al jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, a reactivar una institución investigadora puntera que sigue languideciendo en un momento en el que sus propuestas pueden acaparar financiación y convertirse en motor económico de una comarca en declive; además de dotar a las térmicas de herramientas para seguir en activo en el escenario que camina hacia energías más limpias.

De momento la Ciuden, después de cuatro años de investigación y una inversión de 166 millones de euros, presentó en 2014 el informe que acreditaba que la construcción de las tres plantas incluidas en el proyecto (captura, transporte y almacenamiento de CO2) habían sido tecnológicamente un éxito; igual que los dos pozos y las instalaciones de la planta piloto de almacenamiento geológico de Hontomín.

Desde Endesa señalan también que las catas llevadas a cabo en 2011 mostraron que el almacenamiento de CO2 en el sureste de la provincia era tecnológicamente viable, aunque el proyecto sigue ‘dormido’ y sin plantearse de momento pasar a otra fase. Se llevaron a cabo catas en un área de 260 kilómetros cuadrados para determinar a través de estudios con maquinaria avanzada en dos y tres dimensiones la idoneidad del terreno leonés para establecer el almacén geológico; y se trataron los datos obtenidos para determinar la ‘malla sísmica’.

Fue una primera fase, con una inversión de 200 millones de euros, financiados fundamentalmente con fondos europeos, que debía tener su siguiente paso en la construcción de una central térmica a escala industrial para la demostración comercial de estas investigaciones.

Sin embargo, ya en 2011 Endesa renunció a solicitar las ayudas europeas para desarrollar la siguiente fase del NER 300, que suponían otros 300 millones para afrontar un nuevo paso en un proyecto cuya inversión total se calculaba entonces, hasta llegar a la fase comercial, en 1.400 millones de euros. La eléctrica alegó que el Gobierno no garantizaba las condiciones jurídicas, regulatorias, económicas y de mercado para afrontar la inversión necesaria.

Las infraestructuras están construidas, las investigaciones desde el punto de vista tecnológico realizadas con resultados satisfactorios y una nueva fase de financiación europea para recuperar la investigación en este tipo de proyectos dispuesta para dotar millonariamente las propuestas que se le presenten. «Hay mucho trabajo hecho, pero hay que ponerlo en valor. Y eso exige tomar decisiones que depeden de la voluntad del Gobierno central». La posibilidad de futuro está ahí, no es un proyecto ni una idea sino una realidad. Dejarla escapar no sólo sería tirar años de esfuerzo investigador y millones de inversión; sino un nuevo varapalo de olvido para un futuro que puede ser brillante.