Diario de León

despedida en la capital

Cortejo fúnebre con llamas

Una corte con obispo, monaguillo, fiscal y plañideras escolta el entierro de la sardina que pone fin al Carnaval.

La sardina acabó anoche consumida bajo las llamas de la hoguera prendida en la plaza de San Marcelo, tras el cortejo que pone fin al Carnaval en la capital de la provincia. RAMIRO

La sardina acabó anoche consumida bajo las llamas de la hoguera prendida en la plaza de San Marcelo, tras el cortejo que pone fin al Carnaval en la capital de la provincia. RAMIRO

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León

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dl | redacción

El Entierro de la Sardina cerró anoche el programa carnavalero en la capital con un desfile que arrancó a las 20.00 horas con las figuras del obispo, monaguillo y fiscal, banda de música fúnebre y cortejo de luto hasta su trágico final en la hoguera en la plaza San Marcelo. Miles de personas siguieron desde el pasado viernes las diversas actividades programadas con motivo del Carnaval leonés que tuvo su punto culminante el martes con el desfile de antruejos, que llegó a su quinta edición y que contó este año con 300 participantes entre los que se encontraban representantes de las localidades con más tradición de la provincia.

El programa de Carnaval arrancó el viernes con la elección de la princesa, príncipe y mascota del Carnaval 2018, y el sábado se celebró la tradicional cabalgata con la participación de grupos, comparsas, charangas y carrozas. Una cabalgata en la que participaron cerca de mil personas y que al igual que el desfile de antruejos del martes modificó este año su recorrido por las obras en la avenida Ordoño II. El desfile de los antruejos leoneses convirtió a León en escaparate de esta tradición ancestral con el multitudinario desfile que recorrió el centro de la ciudad y que fue seguido por miles de personas.

El antruejo leonés representa uno de los carnavales con más tradición cultural de Castilla y León, cuyo origen algunos historiadores y etnógrafos vinculan a ritos prerromanos. Según parece, en el mismo lugar en el que se asienta Alija del Infantado, se estableció —hace más de 8.000 años— un poblado cuyos moradores ya practicaban ritos similares. Esta tradición, conservada a lo largo del tiempo, hace que los carnavales de Alija del Infantado sean de los más antiguos de entre los norte de la península.

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