ASTORGA ■ CARNAVAL
Antroidos de otras tierras cierran la mascarada
Personajes ancestrales se citan en la ciudad para mostrar la tradición de los antruejos en el noroeste peninsular, desde La Alberca, en Salamanca, a distintas celebraciones en Orense, pasando por Alija del Infantado
Prerromanos y del cuadrante noroeste es el denominador común de los antroidos que ayer se vieron en las calles de Astorga. F. OTERO PERANDONES
La Piñata más ancestral regresó a las calles de Astorga. Un giro a las tradiciones y las costumbres carnavaleras del Noroeste. Un paisaje cultural que se ha ido configurando y que ha permitido que muchos de esos antruejos lleguen hasta nuestros días. Astorga acogió ayer el segundo encuentro de carnavales tradicionales, una edición que hizo especial mención a los antroidos gallegos. El Fulion Sones, de Trevinca de A Veiga; el Cigarrón, de Verín; el Folion de Mormentelos; las Maragatas y Patahenos, de La Alberca; los Felos da Serra Da Maceda y los Jurrus y Castrones, de Alija del Infantado mostraron toda su esencia.
Astorga se está convirtiendo poco a poco en un escenario para conocer los antroidos más característicos de esta zona y la cuidad se sigue consolidando como punto de intercambio cultural.
Las caretas, las mitras, las referencias zoomórficas, los seres sobrehumanos y las referencias a la tierra, las tradiciones y las vestimentas típicas volvieron a confluir en el origen de los antruejos, que ya los pueblos prerromanos festejaban para celebrar el solsticio de invierno y la victoria de la luz sobre la oscuridad.
Las máscaras, el colorido, los lazos de colores, las cachas, los tambores y bailes emprendieron el recorrido en la plaza de San Bartolomé para terminar en la plaza Mayor con un intercambio de tradiciones, historias, usos y costumbres.
El auge que está cogiendo esta iniciativa cultural también avalará la petición del Interés Turístico Regional para La Piñata. Singularidades que van dando aún más fama a uno de los últimos carnavales de la provincia.
Después del guiño a los encuentros ancestrales, la Piñata se despidió por la noche consumida por el fuego. El grupo de teatro en la calle A ras de suelo, un clásico en el broche carnavalero astorgano y en otras fiestas de la ciudad, puso en escena el espectáculo Ktarsis, que mezcló elementos de la tragedia griega y de la tradición mexicana, para cerrar la fiesta en Astorga. Ahora sí, los antifaces deben volver al armario.