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Coag denuncia la «agenda oculta» de Azucarera para el control del sector

Publicado por
León

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DL | Redacción

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (Coag) denunciado ayer lo que denomina la «agenda oculta» de Azucarera para controlar la producción de remolacha en España y conseguir un sector productor «más dócil», según recogía una información de Ical.

La organización lamentó que la compañía se niegue a negociar mejoras en el seno del Acuerdo Marco Interprofesional (AMI) y de forma paralela ofrezca «pequeños incentivos» a los remolacheros «de forma individual» a través de su filial Agroteo, para así favorecer la interlocución directa con los agricultores al margen de las organizaciones profesionales agrarias.

Coag recordó que las organizaciones profesionales agrarias han logrado en las mesas del AMI «significativas mejoras en los contratos de remolacha a lo largo del tiempo» mediante avances que persiguen «mejorar las condiciones del conjunto del sector», lo que ha dado lugar un sector remolachero «con la suficiente fuerza para demandar a la administración y la industria unas condiciones que han permitido mantener el cultivo tras la última reforma de la PAC».

La organización estima que la actitud de la transformadora pone en peligro el futuro de las propias fábricas de Azucarera, dado que cada vez «existe más presión» para que la producción pueda derivarse hacia la cooperativa Acor. La organización demanda a Azucarera «un cambio de rumbo» para garantizar el futuro del sector remolachero en España, y reclama un periodo de negociaciones «transparente y responsable» en el marco del AMI para abordar mejoras como pueden ser la eliminación de los descuentos por corona.

El AMI, insistió Coag, proporciona «estabilidad» durante periodos de cinco años y cuenta con la garantía de las tres organizaciones agrarias más representativas, así como de herramientas de control e incluso arbitraje si fuera necesario. Sin esta herramienta, el remolachero «perdería la fortaleza que le da la unión para pasar a desenvolverse ante la industria en soledad».

«El productor de forma individual pasaría a depender de la voluntad de la industria en la siembra de las semillas más interesantes para la empresa pero no para el agricultor, y tendría también una organización de entregas a gusto de la empresa, una imposición de precios de la remolacha y sus subproductos, como la pulpa, y no existiría un control sobre los análisis de riqueza y los descuentos de pago por la remolacha», señaló el responsable del sector remolachero de Coag, Fernando García. Recordó que el AMI ha sido una aspiración de sectores como la leche, la patata o el guisante.

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