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Las alegaciones a las balsas del Órbigo, sin respuesta tras dos años de espera

Carrizo y Cimanes del Tejar denuncian falta de transparencia en la tramitación del proyecto.

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León

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maría carnero | león

Tras escuchar esta misma semana a la ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, asegurando confiar en que la construcción de dos balsas en los arroyos de La Rial y Los Morales, en Carrizo de la Ribera y Cimanes del Tejar saldrá adelante, los alcaldes de los municipios afectados denunciaron ayer la «falta de información y transparencia» con el que se está tramitando este proyecto.

En concreto, el alcalde de Carrizo de la Ribera, Julio Seoanez, aseguró ayer que ya han pasado más de dos años desde que se presentaran las alegaciones contrarias al borrador del proyecto, —en total 2.262—sin que la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) haya contestado a ninguna de ellas, a pesar de haber superado ya los seis meses establecidos para ello. «No sabemos nada de la tramitación del proyecto, sólo lo que sale en prensa», denunció el regidor socialista, sorprendido de las declaraciones de la ministra después de tantos meses de silencio administrativo. «Nadie nos ha comunicado nada, a pesar de que hemos pedido información en reiteradas ocasiones a CHD. Hay demasiado secretismo», lamenta.

Seoanez recordó que ni Carrizo de la Ribera ni Cimanes del Tejar están a favor de la construcción de estas balsas, con las que CHD pretende regular el Órbigo, alegando la «inviabilidad económica de la construcción, la grave alteración medioambiental del ecosistema —fauna y flora— y la necesidad de llevar a cabo previamente la modernización de los regadíos actuales. «Entendemos que la demora en la contestación vendrá determinada por el hecho de que la Administración reconoce la realidad e importancia de lo planteado en las alegaciones», defiende el alcalde.

Además de los ayuntamientos, grupos ecologistas, universidades, organizaciones agrarias y ganaderas, asociaciones empresariales y vecinos están detrás de esta pila de alegaciones con las que gran parte de la sociedad afectada por este proyecto ha querido manifestar el rechazo a su ejecución.

El periodo de información pública de este polémico proyecto, abierto el pasado mes de octubre de 2015, ya finalizó, por lo que el expediente duerme en algún cajón de la dirección general de Calidad y Evaluación Ambiental y Medio Natural del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, a la espera de continuar con la correspondiente tramitación ambiental.

El proyecto, que cuenta con un presupuesto de 44 millones de euros, tiene como objetivo «incrementar la garantía de suministro en los regadíos dependientes del río Órbigo, actualmente deficitarios», según defiende la cuenca del norte.

Para ello se prevé la construcción de dos moles de hormigón de 40 metros de altura sobre dos superficies de 166 y 90 hectáreas, respectivamente, en los que se depositarán 23 y 11,3 hectómetros cúbicos de agua.

Con estas actuaciones, el Plan Hidrológico de la cuenca del Duero pretende resolver el déficit de suministro a las demandas de las 52.000 hectáreas de regadíos dependientes del embalse de Barrios de Luna, y garantizar el agua en estas zonas.