‘made in’ jiménez de jamuz
Como se hizo toda la vida
La Feria de Alfarería y otras Artesanías reúne alrededor del barro a los maestros que modelan cacharros y también a los artistas de la madera o el textil, todo arropado por los pendones y al son de la música tradicional.
La feria reúne a maestros de distintos oficios. A.V.
a.g. valencia | jiménez de jamuz
Mayo podría quedar bautizado como el mes de las tradiciones. Al menos en Jiménez de Jamuz, donde desde hace 19 años el Ayuntamiento impulsa una feria que sirve de escaparate a la alfarería más autóctona y que se abre a otras artesanías. Los cacharros jiminiegos compartieron ayer protagonismo con el textil o los complementos, todo bajo el marchamo de hecho a mano, santo y seña de esta cita que también da de comer, porque si en algo triunfa lo casero es en los sabores de toda la vida. Y es que es eso lo que reivindica este evento, ese hacer tradicional que una vez al año encuentra un reducto de máximo protagonismo en la localidad.
Aunque la alfarería, y las artesanías en general, no se olvidan de la importancia de reinventarse para seguir en el candelero, apreciar el buen trabajo de los maestros que usan las técnicas de hace siglos, y que son custodios de un legado que forma parte de nuestras raíces y nuestro acervo cultural, resulta imprescindible para proyectar futuro. Es por eso que en la plaza compartieron espacio los oficios más tradicionales con esas nuevas artesanías que crean complementos, ropa o juguetes.
La feria que, cada año, pone el foco en Jiménez de Jamuz contó, como no podía ser de otra forma con demostraciones en directo al torno y con otras habilidades. La alfarería puede tener una nueva hornada como ayer demostraron algunos de los niños que decidieron arremangarse y sacar todo su potencial a golpe de giro y concentración.
Todo en la misma plaza y al abrigo de los pendones de los pueblos de la provincia. Con destreza fueron llegando al recinto ferial después llenar de color el trayecto desde Santa Elena. Las varas y los paños ondearon bien arriba, mientas las castañuelas, la dulzaina y el tamboril ponían el ritmo a los bailes populares. Costumbres que por la tarde vivieron otro momento importante con la celebración del segundo Encuentro de Músicas Tradicionales, un evento que reunió a varios grupos, que hicieron disfrutar con los sones más arraigados.
Jiménez custodia el barro pero también da cobijo a otras artesanías, arte con mayúscula que esta edición de la feria ha estrenado el reconocimiento de Zona de Interés Artesanal, un título que da preferencia a los alfareros del pueblo en la solicitud de ayudas y que trata de ser un revulsivo para los oficios tradicionales. Un punto seguido en la historia alfarera de un pueblo que, con sus cuatro alfares en activo y el museo, busca que el barro que enamoró a Gaudí siga conquistando corazones. Una feria para los artesanos y los vecinos del mundo rural que se resisten a dar la batalla por perdida.