El fuego ya ha arrasado este año en León 1.881 hectáreas en 83 incendios forestales

maría carnero | león

Con la llegada del buen tiempo la amenaza del fuego se cierne sobre los montes y bosques de la provincia. Sin embargo cada vez queda más demostrado que con los incendios forestales no hay que bajar la guardia durante todo el año, ya que según las estadísticas, el 40% de los siniestros se producen durante el invierno, a pesar de que en Castilla y León sólo se considera temporada de alto riesgo los meses de julio a septiembre.

Según datos de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, de enero a mayo de este año ya se han producido en la provincia de León 83 incendios forestales que han dejado tras de sí un total 1.881,4 hectáreas calcinadas, 1.038 de ellas arboladas, 802 de matorral y monte bajo, y 40,95 de pastos. Esta cifra se eleva a 317 en el conjunto de la comunidad autónoma, siendo 2.221,33 las hectáreas quemadas hasta mayo en toda Castilla y León. Una vez más, León lidera la siniestra lista de las provincias más castigadas por el fuego, seguida muy de lejos, con 202,16 hectáreas por Zamora, que hasta este mes de mayo ha registrado 95 pequeños incendios forestales.

De todos modos, estas cifras, aunque preocupantes, distan mucho del trágico balance del año pasado, en el que de enero a mayo ya se contabilizaban sólo en la provincia leonesa 457 incendios forestales con 6.300,12 hectáreas quemadas. En Castilla y León, de enero a mayo del año pasado, ya se habían registrado 1.466 incendios que habían calcinado hasta la fecha 10.425 hectáreas. Cabe recordar que la campaña de 2017 fue una de las más negras de las últimas décadas, ya que se cerró en Castilla y León con 2.548 incendios, 776 en la provincia leonesa, con un balance total de 40.113 hectáreas calcinadas, más de la mitad (21.720 hectáreas) en territorio leonés.

Bien es cierto que climatológicamente hablando, el 2017 y el 2018 no tienen nada que ver. Mientras que el año pasado la ausencia total de precipitaciones agravaban cada mes la situación de sequía en toda la comunidad, lo que desde el primer momento ponía en alerta a los servicios de la lucha contra el fuego ante lo que se vislumbraba como un verano especialmente duro, este año han habido meses de abundantes precipitaciones, como es el caso de marzo y abril, y las nevadas han sido intensas, lo que hace también que persista cierta humedad en el suelo.

De las 1.881,4 hectáreas que en lo que va de año se han calcinado en la provincia leonesa, 638 se corresponden a un único incendio, el que hace justo una semana asolaba los montes del Curueño. Aunque no es el balance oficial esta cifra ha sido calculada por el Centro Integrado de Formación Profesional de Almázcara, situado en el municipio de Congosto, que utiliza imagen satelital (Sentinel 2B de Copernicu) y la ofrece en su blog Educación Forestal. Esto viene a situar a este siniestro como el Primer Gran Incendio (GIF), —que es como se denominan a los que superan las 500 hectárea—, de España en lo que va de año. Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama), de enero a abril de este año se han contabilizado ya 1.928 incendios forestales en todo el país, en los que se han calcinado ya 6.504 hectáreas.

Por lo que se refiere al incendio del Curueño, de las 638 hectáreas quemadas, 573 corresponden a melojares, 29 pinares salgareños, 15 de bosques mixtos de frondosas, ocho mezcla de coníferas, siete pinar de pino albar y seis de caminos, cortafuegos y zona agrícola.

La alcaldesa de Santa Colomba del Curueño, Avelina Martínez, recuerda con auténtico pavor la tarde del pasado sábado 12 de mayo. «Es el peor incendio que yo recuerdo en esta zona, ha sido un auténtico desastre», afirma la regidora. El fuego comenzó de manera intencionada, lo que ya investiga la Guardia Civil, en las inmediaciones de la ermita de Santa Ana, en Santa Colomba. «En cuestión de minutos corrió como la pólvora y enseguida llegó a Ambasaguas, y la ayuda nada», relata la alcaldesa, que agradece la intervención de la UME para frenar el avance del fuego.

Martínez asegura que en las localidades afectadas hay mucho malestar ya que se ha perdido toda la leña, la que ya estaba cortada y la que aún permanecía en los montes, ya que «es tiempo de surtes». Lamenta el tremendo daño medioambiental que ha sufrido la zona. «Estaba todo precioso, había ciervos que se veían desde la carretera que ahora no se sabe donde están. Se ha perdido todo», lamenta la regidora que espera que se depuren responsabilidades.