Diario de León

LOS TRABAJADORES DENUNCIAN

Feve tarda dos horas en sustituir a un maquinista que enfermó en un trayecto

Los trabajadores denuncian el desorden de Renfe en la organización de los turnos.

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León

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José María Campos | Cistierna

El problema de salud que sufrió un maquinista de Feve el sábado pasado, cuando realizaba un servicio ha llevado a los trabajadores de la Red de Ancho Métrico a criticar la organización en el sistema de trabajo que afecta tanto a las condiciones a las que se enfrentan en sus puestos como al servicio que se ofrece al viajero. Consideran, además, que una adecuada organización de los turnos solventaría muchos de los problemas que sufren tanto empleados como viajeros.

Fue el sábado sobre las 18.00 horas cuando el maquinista de un tren de Feve se sintió indispuesto. La unidad que conducía quedó parada en el apeadero de Matueca, entre Garrafe y Matallana, mientras se esperaba la llegada de quien le sustituyera: un compañero que se encontraba en Cistierna. Sin embargo, el cambio de tripulante se prolongó más de lo esperado, ya que para que se desplazara hasta el apeadero, la compañía envió un taxi desde León capital. El convoy sufrió un retraso cercano a las dos horas y el maquinista no recibió atención hasta hora y media después de conocerse la incidencia, relataron los trabajadores de Feve, que prefirieron mantenerse en el anonimato, dado que no fue hasta entonces cuando se dio aviso al 112.

Se dio la circunstancia de que el sábado no había ningún maquinista de reserva en León, mientras que ayer estaban disponibles tres. Los empleados, ahora en Renfe, no comprenden que el taxi para el sustituto se enviara desde León, cuando «lo normal es que salga del punto más cercano a donde se produzca la incidencia», tal y como sucede si el enfermo es un viajero: «si un viajero enferma se puede llamar al taxi que sea, pero si es un trabajador de Renfe el taxi tiene que salir de León», señalaron.

El ‘Tamagochi’

También el sábado, la compañía ferroviaria optó por el convoy más pequeño, al que los trabajadores denominan el Tamagochi, para cubrir el último trayecto de León a Cistierna. La unidad se llenó de pasajeros, hasta el punto de que se contabilizaron «más usuarios de los permitidos». Los trabajadores apuntaron que «lo poco que funciona» en Feve se debe a la buena disposición de los trabajadores, que incluso acometen funciones que no les competen.

Denunciaron que a esta situación se suma a otras que provocan «un total descontrol en la gestión de Feve», por falta de coordinación. Existe falta de material, lo que obliga acoger piezas de unos trenes para otros.

Subrayaron que Renfe dispone de suficiente plantilla para que en los trenes viajen interventores. El problema, apuntaron, reside en que los cuadrantes «están mal organizados» y «nadie pone remedio». A partir de las dos o tres de la tarde, el tren de vía estrecha se queda sin revisores en la gran mayoría de los trenes y, sin embargo, hay servicios en los que coinciden hasta tres en el mismo tren. «Esto es una situación que pasa a diario por la mala organización».

Estiman que una organización de los turnos racional permitiría que estaciones y trenes dispusieran de personal suficiente. «Si no va personal en los trenes no es por falta de trabajadores sino por falta de organización en función de los trenes que tenemos». Otra denuncia es el cambio de órdenes «en menos de un minuto», enfatizaron. «Cuando la gente nos pide información sobre horarios les decimos ahora sí hay tren, pero dentro de cinco minutos igual ya no lo haya. Llame justo cuando sea la hora para tener la seguridad». Además lamentaron la falta de actuación de los sindicatos para presionar a la empresa a fin de buscar soluciones al descontrol de la gestión.

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